20 PREGUNTAS CANALLAS Y UNA CANCIÓN
DESESPERADA
Entrevista a Carmen Posadas
por Susana Cañil
Poca presentación se puede hacer de una mujer como Carmen
Posadas. Y no porque no merezca un derroche de tinta, vocablos y elocuencias,
merece todo ello a espuertas, sino porque todos los que amamos leer, conocemos
de sobra su trayectoria. Aquí no vais a encontrar información sobre qué dieta
sigue, de qué firma se viste o con quién estuvo casada. Si queréis esos datos,
buscad en San Google y saciad vuestra curiosidad.
Esta sección de mi blog nace con el objetivo de conocer el
aspecto humano, insólito, desconocido y/o divertido del entrevistado. Y, además,
añadir esa visión desde el punto muerto del retrovisor; el lugar donde uno fija
la vista y no ve nada, pero debe intuir todo.
Autora fecunda que se ha atrevido con literatura infantil,
relatos, novelas, guiones de cine y biografías. Ganadora de importantes
premios, traducida a 23 idiomas y considerada en 2003 por la revista Newsweek
como una de las autoras más relevantes de nuestros tiempos. Con este
avasallador currículum uno puede caer en la ligera y perezosa tentación de
pensar en una mujer difícil, vanidosa o de imposible acceso, que solo concede
entrevistas a los grandes periodistas y a las publicaciones más leídas. Nada
más alejado de la realidad; cercana, educada, elegante, humilde y de trato impecable.
Me rindo a su exquisitez desde el primer nanosegundo.
Anda de promoción, viajando de un lado a otro con su último
retoño literario, “La maestra de títeres”, así que, se disculpa por no poder
recibirme en persona, pero me atiende encantadora y solícita por teléfono.
El primer libro que cayó en mis manos escrito por ella fue
“Cinco moscas azules”. Dirige, junto con su hermano Gervasio, un afamado taller
de escritura al que hace ya unos años quise apuntarme, pero mi situación
personal y económica no me lo permitió. Lejos de sentirme frustrada pensé: “Si
no puedo asistir al taller, leeré todos sus libros”. Y eso hice. Se lo cuento
con sinceridad y vislumbro un fulgor de emoción y orgullo a través de hilo telefónico.
Lo que no le confieso es que justo ese fue el inicio de una catarsis personal y
el impulso que me hacía falta para escribir y publicar la que fue mi primera
novela. Se va a enterar de todo esto cuando lea estas líneas.
Comienzo con una pregunta muy de escritores.
1.- ¿Has sufrido el
pánico a la página en blanco?
Suspira y se ríe.
«Confieso que sí, pero tengo el antídoto perfecto. Es algo que yo
enseño a mis alumnos en mi taller de escritura y siempre les comento, una cosa
que puede parecer una perogrullada, pero que funciona: escribir se comienza
escribiendo. Hay que soltar lo primero que se pase por la cabeza, incluso
aunque nos parezca una estupidez. Poco a poco irá cogiendo forma y todo te parecerá más fácil»
2.- Todos, sin excepción,
tenemos miedos e inseguridades. Dime tu fórmula magistral, si la tienes, para
afrontarlos y salir, si no indemne, al menos airosa.
«Yo tengo una receta que bauticé como la “receta Serrat”
porque hace referencia a una canción de él que se llama “Como un gorrión”
Le gusta andar por las ramas
ir de balcón en balcón
sin que nadie le eche mano
como un gorrión.
ir de balcón en balcón
sin que nadie le eche mano
como un gorrión.
Nació libre como el viento,
no tiene amo ni patrón
y se mueve por instinto
como un gorrión…
no tiene amo ni patrón
y se mueve por instinto
como un gorrión…
«Mi fórmula es marcarme metas alcanzables e ir consiguiéndolas.
Cuando comencé a escribir pensaba en que alguien me leyera. Cuando empezaron a
leerme, quería que me publicaran. Cuando al fin me publicaron, comencé a soñar
con un premio…y así sucesivamente. Me voy marcando metas cercanas, accesibles, porque
volando bajito se puede llegar muy lejos»
3.- ¿Qué duelen más, Carmen,
los años o los daños?
«Los daños, sin duda. Ahora que voy a cumplir 66 he aprendido a
no meterme en demasiados líos. Cuando era joven pensaba que podía con todo, y
que estaba en mi mano cambiar el mundo y a la gente. Me he dado cuenta de que
no, claro. Hay que dosificar las energías para salir vencedor en las batallas
que puedes ganar y no malgastarlas en las que vas a perder»
4.- ¿La escritura es tu vida o tu forma de vida?
«Las dos cosas. Mi vida y mi forma de vida porque yo vivo del
cuento en el sentido literal de la expresión. Y una tercera, es como un mal
amor. Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio, contigo porque me matas y
sin ti porque me muero, decía la copla. Pues es lo mismo que siento yo. Cuando
escribo lo paso fatal y cuando no lo hago, me siento peor»
Al comenzar la entrevista no tengo miedo, pero sí respeto y
mucha responsabilidad. Para mí Carmen Posadas es un referente en la escritura,
uno de mis autores de cabecera. Pero a medida que avanza la entrevista me
siento cómoda con ella, porque ella me hace sentir así. No piensa mucho las
respuestas y eso me gusta; significa que responde por instinto. Pura pulsión.
¡Puede haber algo más veraz que un impulso!
5.- Última vez que lloraste y por qué.
Se ríe. Y siento esa risa a través del teléfono sincera y
espontánea. Como la risa de un niño juguetón. Sin imposturas. Podría haber resuelto
la pregunta con una repuesta convencional y, sin embargo, me dice que le resulta un poco bochornoso
confesármelo. Yo le contesto que llorar me parece muy terapéutico. Ella me
explica:
«La gente cree que mover los sentimientos tiene que ver con algo
grandioso. Si lees, por ejemplo, “El conde de Montecristo”, parece que llorar
es lo suyo porque es una gran obra. Sin
embargo si lloras con una telenovela, eres un idiota. Por dentro te puede
remover tanto lo sublime como lo banal. La última vez que he llorado ha sido
con una película de niños. Concretamente con la última versión que ha hecho Tim
Burton de Dumbo»
6.- Un libro que te hubiera gustado escribir a ti y otro que te
hubiera gustado recibir con 18 años.
«Escribir muchos, pero si
tengo que decir uno sería “En busca del tiempo de perdido” de Marcel Proust. En
cuanto al que me hubiera gustado que me regalaran no te sabría decir, pero sí
tengo uno que me cambió la vida a esa edad, “La Metamorfosis” de Kafka. Pensaba
que tenía razón, que el mundo era así, un sitio ridículo, absurdo e
incomprensible. Todavía hoy sigo dándole vueltas y tratar de comprender para no
pegarme contra las paredes»
7.- Tengo una visión de lo que es la elegancia en un ser humano
y te confieso que encajas perfectamente en mi particular canon, pero ¿qué es
para ti ser elegante, al margen de cuestiones estéticas?
«La elegancia no tiene nada que ver con vestir de grandes firmas
ni nada de eso. Está directamente relacionada con el respeto a los demás. Elegante
es toda aquella persona que se esmera en cuidar y proteger los sentimientos de
los demás»
8.- No sales de casa sin…
«Sin pintarme el ojo desde
que tengo trece años»
Aquí las dos estallamos
en risas. Hay comentarios que solo podemos entender las mujeres y este es uno
de ellos.
9.- ¿A quién conoces tú
que debería conocer yo?
Buff, resopla Carmen. Se queda unos segundos pensando y al final
dice algo que me conmueve y que termina por ratificar lo que mi instinto ya me había chivado.
«Yo creo que deberías conocer a mis nietos. Porque son una fuente
de enseñanza para mí todos los días»
10.- Los humanos tenemos
la mala costumbre de tropezar en la misma piedra varias veces. Dime una lección
de vida que hayas aprendido. Una de esas que dejan tanta huella que sabes con
certeza que no volverás a repetir.
«La lección de vida más importante que he aprendido es que ni
puedes ni debes depositar tu felicidad en manos ajenas. Esa gente que se
enamora de las personas equivocadas poniendo su vida en manos de un idiota.
Ahora escucho mucho esa frase de “dónde el corazón te lleve”… ¡El corazón te
lleva a unos líos terribles y a enamorarte de cada imbécil! »
Carmen y yo volvemos a reírnos al unísono. Estoy segura de que
en ese momento han paseado por nuestra memoria, fugazmente, algún que otro
elemento masculino que ha caminado por nuestra existencia en algún momento y
que encaja perfectamente en el prototipo de idiota de manual.
«Por supuesto que hay que poner el corazón pero sin olvidar la
cabeza»
11.- Podemos resucitar a un personaje histórico durante 24
horas. ¿A quién eliges y por qué?
«Mira a mí me encantaría conocer a César Borgia.
Siempre me he sentido irremediablemente atraída por los malos,
por cómo les funciona la cabeza. Un hombre que teniéndolo todo, inteligencia,
cultura, atractivo y poder, opta por hacer las cosas mal, pudiendo decantarse
por hacer el bien. Quiso comerse el mundo y, al final, el mundo lo devoró a él»
12.- Dime algo, una anécdota, un secreto, un deseo, algo que no
hayas contado antes en otra entrevista.
«¡Anda! Pues si no lo he
contado será por alguna buena razón. Así que, mejor seguir dejándolo así» (Risas de nuevo entre las
dos)
13.- Te dan seis meses de vida. ¿Qué decisiones inmediatas tomas
sin dudar?
Aquí Carmen se pone seria. Me dice:
«Lo primero arreglar todo
el papeleo y trámites burocráticos con el fin de que mis hijas y mis nietos no
tengan ningún problema el día que yo falte. Y lo segundo, con casi absoluta seguridad,
hacer un gran viaje»
Se queda unos segundos en silencio y recupera su tono jovial
para decirme entre risas:
«Ah y otra cosa, me
dedicaría a comer todo lo que quisiera, de todo lo que me he privado durante mi
vida»
14.- Llegaste a España siendo muy joven. Dime, ¿qué cambios ves
que ha sufrido nuestro país, tanto a mejor como a peor?
«Yo creo que se cumple esa profecía que dijo Alfonso Guerra: “A
España no la va a conocer ni la madre que la parió”. Creo que España es uno de
los países que más ha cambiado en un corto espacio de tiempo y para bien.
Nuestro país es mucho mejor de lo que creen los españoles, que no entiendo la
razón por la que piensan muy mal de él. Yo nací en Uruguay, un país diminuto, y
cada vez que escucho el himno o veo la bandera, lloro de orgullo y emoción. Eso
aquí está mal visto y esa es una lección que habría que aprender»
15.- Yo siempre digo que escribo porque no tengo una metralleta.
La lectura y la escritura me han salvado en algunas épocas de mi vida. ¿Escribir
y leer es para ti sanador, terapéutico?
« ¡Por
supuesto! Me he ahorrado una fortuna en psicoanálisis dedicándome a la
literatura. Lo bueno que tiene es que si alguien te cae mal lo pones como
personaje en alguno de tus libros y lo matas, si es preciso. Y te quedas tan a
gusto»
16.- Una mentira de la
que te arrepientas, y no vale decir que no mientes.
«Pues no soy muy mentirosa, solo miento en ocasiones contadas y
por alguna buena razón. La mentira no suele ser muy generosa. No recuerdo ahora
ninguna, pero sí te confieso que miento fatal y me pillan rápido. Así que,
debería aprender a mentir mejor porque, de vez en cuando, es necesario»
17.- Desde siempre a las mujeres la sociedad nos impone unos roles. Uno de ellos es ser madre. Parece que la mujer que decide no serlo por propia iniciativa, está coja como esa silla a la que le falta una pata. ¿La maternidad está sobrevalorada, Carmen?
«Sí, absolutamente. Ser madre no te convierte en mejor persona. Y
no serlo, tampoco te hace ser peor. Ahora hay una corriente en la que los niños
toman las decisiones familiares y todo gira en todo en torno a ellos: ellos
deciden lo que se come en casa, el destino de vacaciones…Al final lo que les
hacemos es un flaco favor. Los niños necesitan referentes y límites. Que miren
a sus padres como padres, no como colegas»
18.- No podrías vivir sin…
«Leer. Si me quedo en casa
sin nada que leer, me leo hasta la guía del teléfono o el prospecto de las
medicinas»
19.- Un sueño cumplido y otro que se te resiste.
«Un sueño cumplido, vivir del cuento, que es muy difícil. La
literatura es muy ingrata. No triunfa el mejor libro, no tiene éxito el mejor autor…
Hay escritores maravillosos que no llegan ni a ver publicada su obra.
Y el que se me resiste es que hagan una buena película de mis
libros. Han hecho alguna, pero no me han gustado mucho. Y ahora cruzo los dedos, porque han comprado los derechos de dos de mis libros y confío en que esta vez
sí sea una buena película»
20.- Te proponen un largo viaje del que no sabes nada. Ni el
destino, ni la duración, ni tan siquiera si vas a volver, pero te apetece mucho
hacerlo. ¿Qué no metes en la maleta?
Tras unos segundos pensando, me dice:
«No meto una plancha. Seguro que eso no lo meto»
Una canción a la que vuelves una y otra vez, por el motivo que
sea. Esa que podría ser tu epitafio, la banda sonora de tu vida o tu plan B.
«Tengo muchas, pero con
seguridad sería un tango»
Es un lujo y un honor inaugurar esta sección con un personaje de
la talla humana y profesional de Carmen Posadas. Deja el pabellón tan alto, que
ahora mismo me cuesta la vida pensar en mi próxima entrevista.
He disfrutado, he aprendido y me he identificado prácticamente con
todas sus respuestas.
Gracias, Carmen. De corazón.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAunque tenemos circunstancias y roles distintos, en muchos puntos de vista coincidimos. Gran entrevista, Susana 👏👏👏👏
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarMuy buena entrevista, muy buena entrevistada y muy buena entrevistadora!
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias!
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