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jueves, 9 de marzo de 2023

ENTREVISTA A PACO MARTÍN:«Me avergüenza la gente que ahora maneja el negocio discográfico. Carecen del más mínimo talento, no aman lo que hacen, gente sin cultura musical. Esperpentos, auténtica basura»

 

20 PREGUNTAS CANALLAS Y UNA CANCIÓN DESESPERADA CON...

 PACO MARTÍN

 

Entrevista por Susana Cañil

 

Nos citamos para comer en un lugar que él no conoce y yo sí, el restaurante Berlanga en Madrid. Parece que le sorprendo con el espacio y el delicioso arroz que allí cocinan. Nada más llegar, me saluda cariñoso y, como es un zalamero, ensalza mi vestido vintage en color azul que hoy me he puesto para la entrevista.

Sobre Paco Martín ( Córdoba, 1953) se sabe casi todo. En esta entrevista voy a intentar desvelar ese “casi” para que no sea otra charla más en la que cuente lo que ya ha narrado en cientos de ocasiones y acercarme un poco hacia su faceta más personal.

Creador e impulsor de la mítica sala Rock-ola, fundador de sellos como Twins, Pasión, MR o la que fue su última apuesta, Martín Music y descubridor absoluto de solistas y grupos que ya han pasado a la historia musical de este país como Hombres G, Los Secretos, Danza Invisible, Celtas Cortos, Los Pistones, Antonio Vega, El Canto del Loco, Pereza y tantos otros. Un referente en la música, apasionado, irreverente, provocador y gran conversador. No esquiva ninguna pregunta ni adorna las respuestas. Dispara palabras en forma de proyectiles del más alto calibre para describir a los que hoy dirigen la industria musical:

“Toda la gente que ahora maneja el negocio,

 trabajaba para mí. No sabía qué hacer con ellos de

 lo inútiles que eran, y siguen siendo".

 

1.-  Empezaste en los 70 como pinchadiscos en clubes emblemáticos de la época. ¿Cómo fueron esos inicios y de qué manera influyeron en ti?

«A mí lo que realmente me gustaba era la producción artística o  discográfica. Antiguamente, en los años 70, la gente del mundo discográfico se reunía siempre en lugares muy determinados. Se dio la casualidad de que entré a trabajar en la una sala, El 42, en la que yo pinchaba música que no ponía casi nadie, música muy buena.  Empecé a hacerme un poco famoso por este motivo y llegaba mucha gente de la industria al local preguntando por ese chico tan joven que no era otro que yo mismo. Un día me dijeron que buscaban un botones en Fonogram y que preguntara por Manuel Palomo, director de promoción por entonces. Hice la entrevista y me dijo que ya me llamarían. Yo le dije que lo que quería era trabajar aunque fuera gratis, porque la música me apasionaba. Todos los días iba a las ocho de la mañana cuando llegaba el señor Palomo, me sentaba delante de la puerta con una botellita de agua y un bocadillo para darle pena y, finalmente, conseguí mi objetivo. A los pocos días me llamó y me dijo que empezaba al día siguiente, sin cobrar ni un duro. A los tres meses ya era jefe de promoción. Trabajaba de 12 a 16 horas al día, me leía todo lo que salía sobre música y las biografías de los cantantes. Todos éramos gente muy preparada, sabíamos de música y lo que se cocía en el mundo discográfico y musical. Me cogía la bicicleta desde radio Centro a Prado del Rey a las dos de la mañana sólo para que me pusieran un disco. Eso sí que era tener vocación y devoción.

Susana, yo veo a las personas que actualmente dirigen la industria discográfica y siento vergüenza. Ahora todo vale. Toda la gente que ahora dirige la industria trabajaba para mí y yo no sabía qué hacer con ellos de lo inútiles que eran. Y lo siguen siendo».




2.-  ¿Qué es para ti el éxito? ¿Te benefició o te perjudicó?

«Para mí el éxito es un cincuenta por cien de suerte y el otro cincuenta restante la consecuencia de un trabajo bien hecho, si hablamos del ámbito profesional. Y trasladado a la vida, mis hijos sin duda. Y en resumen ser feliz con todo lo que haces en la vida. Hay algunos que dicen: “para mí el éxito es tener miles de millones… “Yo les contesto: ¡tú eres un gilipollas! Todo se resume en las cosas sencillas y cotidianas. Cada día tiene su afán.

Mira, a mí me han estafado varias veces en la vida y muchísimo dinero. Y he sabido salir de eso sin rencor. Ahora lo pienso y me digo, joder tenía que haber matado a este tío o a ese otro…No, lo he superado. Porque la vida te regala después momentos únicos y maravillosos para compensar todos los malos».

 

3.-  Todo el mundo habla de Paco Martín como pionero de la independencia con MR DISCOS, como gran motor del pop español con TWINS y como ejecutivo discográfico en multinacionales como SONY o UNIVERSAL.  ¿Con cuál de los tres te quedas?

«Con la primera época, sin duda. Fue la más ilusionante. Éramos un grupo de jóvenes con un solo compromiso, el de ser felices y disfrutar haciendo lo que hacíamos. Creábamos sellos y si ganábamos algo, lo volvíamos a invertir. Los 80 fueron años decisivos, un movimiento cultural acojonante. Madrid era una ciudad apagada,  triste y en la que no pasaba nada,  y de repente se convirtió en un referente de vanguardia en toda Europa. Había entre 10 y 15 conciertos importantes cada día y tenía más colorido que Londres porque en Madrid tenemos luz y sol. No nos dábamos cuenta de la trascendencia que eso iba a tener después. Ni lo imaginábamos…

Después vino todo el tema de la droga que se llevó a tanta gente por delante…Era la época de descubrir cosas, de descubrir todo. Y en ese todo estaba la cocaína, la heroína…».

 

“Antonio Vega venía cada día a que le diera

 cincuenta mil pesetas para droga"

4.- La alargada sombra de TWINS ha ocultado tu labor de gourmet del pop con aquella apuesta llamada PASIÓN. De rescatar a Antonio Vega a proposiciones tan interesantes como Boleros Bengalíes, Hilario Camacho o El Pele. ¿Qué recuerdos te trae aquella aventura de final abrupto?

«Bueno, fueron muchos más. Los Rodríguez, Extremo Duro y tantos otros. De esa época tengo que resaltar a dos personas que fueron importantísimas para mí porque fueron amigos de verdad: Antonio Vega y Enrique Urquijo.

Mira, Vega ha sido el tipo con más talento que ha existido en este país. El problema es que soportar la carga de Antonio Vega con la droga era extremadamente complicado. Llega un momento en que yo me digo que no puedo más. Antonio venía cada día para que le diera cincuenta mil pesetas diarias. Hundió mi compañía. No él, sino yo por permitirlo. Se estaba cargando la carrera del resto de los artistas que yo tenía porque todo el dinero iba para él. No podía invertir en ellos, porque todo lo ocupaba Vega. Sin embargo lo aguanté porque sabía que estaba lleno de magia, de sensibilidad y de talento. El tiempo que pasé con Antonio Vega como amigos es impagable y hay conversaciones y situaciones que viví con él que jamás contaré. La gente es muy hipócrita. Todo el mundo  sabía su problema de adicción, pero había un pacto de silencio y no se podía hablar. Si yo hubiera convocado una rueda de prensa contando la verdad,  que Antonio consumía  millón y medio millón de pesetas al mes en droga, se hubiera liado gorda. Yo le compré una casa porque vivía en un garaje… Su oxígeno era la droga. Era un genio a nivel artístico, pero muy devastador a nivel humano. Saltaba la valla de mi casa y dormía en el jardín y al día siguiente la persona que trabajaba en mi casa me decía: Señor, hay un mendigo durmiendo en el jardín. Figúrate. Eso lo han visto mis hijos, mi familia».

¿Cómo termina tu relación? «En realidad, no terminó nunca. Llega un momento en que le digo que no puedo seguir así.  Le busqué un manager, Manolo Sánchez, al que le dije que le consiguiera  un contrato. Y Manolo lo hizo; un contrato de 40 millones de la época con Polydor. Yo le cedí todos mis discos y derechos a Antonio. Todo gratuito y nadie ha dicho nada de ese gesto generoso que yo tuve con él.

El momento más bonito fue un día que le llevé a tocar a Córdoba. Estaban mis hijos y mi mujer. Paró el concierto en la segunda canción para decir:  “Voy a hablar de una persona. Todo lo que soy se lo debo a Paco Martín y sé que no me he portado bien con él. Fue un momento precioso en el que acabamos llorando todos. Eso sucedió unos meses antes de morir.

Todos sabíamos que Antonio se moría, pero cuando llega el momento, ves que no estás preparado para la muerte de un gran amigo. Es tremendamente doloroso».

 




5.- Tu nombre está y estará unido inevitablemente a la mítica sala Rock-ola. Templo madrileño de la Movida del que dicen que si un músico no tocaba allí, no existía. Un auténtico icono en el que reunían pijos, drogatas, kinkis, punks, hippies, gente de mal o de buen vivir. Un oasis de libertad en medio de Madrid donde lo cool y lo más cutre, la libertad y el libertinaje convivían con naturalidad. Hay mucha gente que se adjudica el nacimiento de esta sala pero, ¿quién es realmente el que aportó la carga genética a lo que fue Rock-ola?

La sala Rock-ola la inventé yo. Ya estoy hasta los cojones de que la gente se adjudique cosas que no le corresponden, como el tal Lorenzo Rodríguez este al que le metí yo, era mi ayudante y un caradura. Después resultó ser un traidor, que es lo que más desprecio en la vida. La sala era más bien fea y nadie apostaba por que aquel experimento funcionara. Pero lo hizo y de qué manera. Fíjate que más de 40 años después aún seguimos hablando de ella».

 

6.- Los ochenta fueron años convulsos  Tu existencia está plena vivencias memorables, pero también has transitado por callejones tan siniestros como peligrosos. La droga se llevó a grandes artistas, muchos de ellos amigos tuyos. Tú escapaste de la muerte, pero no de las garras de la droga. ¿Por qué se cae en esas adicciones y qué peaje personal y profesional has tenido que pagar?

 

«Éramos una generación que estábamos descubriendo todo. Poco a poco entraba el tema de los porros. Más tarde vino la heroína y la cocaína, que resultaron letales.  Era raro que alguien no consumiera, pero se consumía acorde a lo podías gastar. Yo por entonces manejaba  mucho dinero y compraba 2, 5 o 15 gramos. ¡He llegado a comprar un kilo de cocaína que costaba más de tres millones de pesetas! Caímos en la trampa de pensar que si era malo podíamos dejarlo cuando quisiéramos, y no fue así. Murió tanta gente….Gente joven con muchísimo talento.

Me preguntabas qué te lleva a eso… Creerte que eres más poderoso, más chulo, más atractivo, superior… Yo qué sé. Visto con la perspectiva de mis setenta años ahora veo que eran bobadas. Lo teníamos todo al alcance de nuestra mano: alcohol, sexo, droga…Éramos demasiado inocentes y fáciles de engañar. Y qué nadie te ponga la disculpa de que salíamos de una dictadura. Esa es la excusa barata, pero sin base real alguna. Nunca ha habido tanta libertad como al final de los años 70 y todos los 80. En la actualidad hay muchísima menos y de la censura de ahora ya ni te cuento. Esta gente de izquierdas siempre nos ha hecho creer lo mismo, que los buenos eran ellos y los malos los otros

La droga es lo peor, Susana. Te lo digo sabiendo de lo que hablo porque lo he vivido en primera persona. Por fortuna tuve la cabeza y el empeño necesarios para abandonar ese lado oscuro».

Paco se queda pensativo, con la mirada fija en algún punto del pasado. Unos segundos que se hacen eternos y sí, vuelve a hablar para recordar cómo era un día cualquiera en su vida por entonces.

«Nuestro día a día era ir al local de ensayo, de ahí a El Penta, de ahí al Suzie Q, de ahí a la Vía Láctea. Nos conocíamos todos y cada día te decían: “¿Te has enterado? Ha muerto fulanito o menganito”. Me pregunto por qué no me tocó a mí, si yo era tan malote y canalla como ellos…Pero así es la vida y celebro el estar aquí y poder disfrutar de cada amanecer, de viajar, de mis amigos, de mi nieto… Es un lujo que ahora valoro… ¡y no puedes imaginar cómo!».

 

“El ochenta por cien de la música actual es una

 tragedia"


7.- Personalmente la mayor parte de la música actual me parece un paseo por el museo de los horrores, salvo honrosas excepciones. ¿Cuál es tu opinión al respecto y por qué crees que la mayor parte de la juventud actual consume esta música del todo a cien? Yo la llamo ruido, porque elevarla a la categoría de música es un insulto.

«Estamos soportando una invasión de música latina, el reggaeton y lo que ahora llaman pop latino, que es una tragedia. Todas las letras son ordinarias, la música es ordinaria, no hay ritmo….pero ellos no son los culpables, sino la industria discográfica que lo permite y fomenta. Ahora mismo hay dos personajes que manejan desde Miami la industria a nivel mundial. Uno es español y el otro es argentino. De estos dos a uno lo metí yo,  fue uno de mis mejores amigos, hoy es el presidente de España y América, y el otro es un gallego inútil que no vale para nada. A ver si se jubila ya. Van a lo barato en todo lo que la palabra barato puede abarcar. Esta gente es la que está permitiendo que artistas con talento no se desarrollen.

Quevedo, Bad Bunny o Shakira son ejemplos de música insoportable. Ésta última que recientemente ha sacado dos mierdas de singles que en los dos primeros días facturó 45 millones de dólares. ¡Estamos locos!

La industria ha desaparecido y sólo queda el mundo de la música donde prima los millones de reproducciones y consecuentemente el maldito dinero.

Párate a pensar quiénes se llevan los premios Grammy Latinos…Es una puta vergüenza. Cuando veo la obra de Serrat o de Sabina, que han hecho doscientas canciones que son historia de la música a nivel mundial. Me vas a comparar a Shakira, Bad Bunny o a Rosalía con estos otros genios… ¡Por favor, sería un insulto! Hoy ya no hay letras que te conmuevan, ya no hay himnos generacionales.

Tú le preguntas ahora al que se casó con la duquesita, Narcís Rebollo, cuyo curriculum antes de ser Director de Universal  en España se limita a  descubrir a Sonia y Selena, y no tiene ni puta idea.

Paco, para de comer y entona divertido el estribillo de la canción Yo quiero bailar toda la noche… Y nos echamos a reír. Las dos señoras que comen en la mesa contigua no nos quitan ni la vista ni el oído de encima, las muy cotillas. Es lo único que no me gusta de este restaurante. Las mesas están demasiado juntas y, aunque susurres, el comensal de al lado se entera de todo. A Paco le da lo mismo y sigue a lo suyo.

«El otro, Barbat, Presidente de Sony, el más grande lameculos de la historia de la industria discográfica». 

Paco, se lleva las manos a la cabeza. «Imagínate, Susana…Un despropósito todo lo que estamos viviendo».

 8.- ¿A qué artistas escucha ahora Paco Martín en  casa o en el coche?

«Hay cantantes muy interesantes. No todo es tragedia y menos mal. Escucho a Ed Sheeran, Keith Urban, John Mayer, Travis Birds…».

 9.-  ¿A quién conoces tú que debería entrevistar yo?

«Un personaje maravilloso, brillante y tremendamente interesante es Capi. Si quieres una entrevista con él, yo te la facilito. Te encantará. Ha tenido más fracasos que éxitos, pero qué éxitos! Pecos, Mecano, Alejandro Sanz…. Lo conozco desde los 70. Un tipo encantador que cuando le necesité, le tuve. Y cuando me necesitó, ahí estuve yo. Merece mucho la pena que le hagas una entrevista».

 10.-  Ahora todo es inmediatez y consumo rápido. ¿Será finalmente esto el final de cualquier arte? Ya sea música, pintura, cine…

«Deseo y espero que no. Ojalá esto sean modas pasajeras y volvamos a saber atrapar y disfrutar de los momentos creativos que se nos brindan a diario».

 11.-  ¿Te sigues relacionando en calidad de amistad con todos o parte de los artistas a los que apoyaste? ¿Son agradecidos los artistas? Siempre te he escuchado que no te puedes fiar de ninguno…

«El noventa y cinco por cien de los artistas no valoran nada tu trabajo y tu esfuerzo. Y esto desemboca en un gran desencuentro en el tema afectivo. Cuando he sido director tenía cientos de llamadas diarias, ahora que me he retirado tengo apenas media docena de artistas que se interesan en saber cómo estoy;  Dani Martín, David Summers… Y hasta hace un año Sabina. Me enfadé con él y le mandé a tomar viento.

Esto me costó una pequeña “depresión”. Es difícil asimilar que personas con las que crees que has mantenido una amistad verdadera, la realidad es que no.

Paco, me cuenta los motivos por los que una relación tan productiva y longeva se fue al garete, pero eso me lo guardo para mí como otros detalles de esta entrevista.


12.- ¿Por qué un hombre que sale huyendo de las multinacionales creando sellos independientes míticos vuelve de nuevo al redil en compañías como Sony o Universal?

«Fue un poco el sentimiento de incomprensión de los artistas. Aportas tu vida, tu esfuerzo, tu dinero… Te juegas todo por ellos y tienen encima los cojones de decirte que no lo has hecho bien. Y dije…¡Os podéis ir a tomar por culo! Me ofrecieron la posibilidad de volver a trabajar con unas condiciones económicas buenísimas. Posiblemente he sido la persona mejor pagada de la industria.  Fiché a SKA-P, fiché a Antonio Flores, todo esto en seis meses. Se trabaja mucho mejor cuando no te juegas tu propio dinero».






 13.- Ráfagas es el último libro que has escrito en el que realizas un recorrido muy íntimo por esa época irrepetible que fue la Movida Madrileña. ¿Lo cuentas todo o te has dejado algo en el tintero? Hay muchos libros escritos sobre la Movida, ¿qué tiene el tuyo que no tenga el resto?

«Mi libro explica mi visión personal. No es mejor ni peor. Cuento lo que viví en primera persona. ¿Si me dejo algo? Claro, todo no se puede ni se debe contar».

14.- ¿El dinero corrompe? ¿O el poder corrompe más?

«No creo que lo uno pueda existir sin lo otro».

Hace poco Joaquín Sabina al que todos situaban en el hemisferio zurdo ha declarado que “ahora ya no soy de izquierdas porque tengo ojos y oídos para ver las cosas que están pasando”. ¿Cuál es tu opinión al respecto y cómo te posicionas políticamente?

«Estoy absolutamente de acuerdo con lo que dice Joaquín. Los mayores escándalos han venido siempre de la mano de la izquierda, los socialistas y los comunistas. Y ahora añadimos a los de Podemos, que es lo peor de lo peor. Yo escuchaba decir, al principio, a Pablo Iglesias que él seguiría viviendo en Vallecas porque era su pueblo, porque el poder no le iba a cambiar y bla bla bla... Duró seis meses, y se compró un casoplón de capitalistas. Me sorprende que la gente no haya echado aún a la izquierda de este país. Mi posición es absolutamente de derechas. Nos han vendido que la izquierda siempre ha estado a favor de la cultura. ¡Mentira! Te pongo un ejemplo: el cine. Se dan miles de millones al cine. La mayor parte de la gente del cine es de izquierdas. Dime qué subvenciones hay para la música. Dime qué compañía de discos recibe dinero…No existe. Para el cine, todo. Yo he hecho más de 300 discos con mi dinero sin un solo euro de subvención. Hay una cultura de primera y una de segunda, claramente. Parece como si la música no fuera cultura».

 


15.- ¿Qué te provoca el apellido López en tu trayectoria profesional? ( Me refiero a Carlos López y Jesús López)

«Una puta tragedia en mi vida. Malos y una gran mentira. Unos vividores».

 

16.-  Hace tan solo seis años que yo he aterrizado en el mundillo musical y ya tengo una idea formada sobre cómo funcionan las cosas. La primera para mí es que en esta industria no hay amigos permanentes, hay enemigos que van y vienen y lo que sí son permanentes son los intereses. Dime que estoy equivocada…o no.

«No añado ni una coma. Absolutamente acertada tu visión, Susana».

17.-  A la vista del espectáculo que vemos a diario en las televisiones y las redes sociales tengo la horrible sensación de que todo lo que nos venden son baratijas con brillo de garrafón. ¿Tienes la sensación de que todo lo maravilloso que hicisteis en los 80 no ha servido para nada?

«Sí, sirvió para una generación. Éramos todos unos románticos soñadores. Apoyábamos a la gente con talento. Nos movíamos desde la honestidad. Lo de ahora me parece lamentable. Y me sigo emocionando cuando veo a cantantes de aquella época subiéndose todavía a un escenario y sintiéndose bien».

 

18.- No podrías vivir sin…

«Sin mi familia».

 19.- ¿Qué lugar han ocupado las mujeres en tu vida y cómo ves el feminismo actual que nos quieren meter en vena?

«Las mujeres son los seres más inteligentes de la humanidad. Desde siempre. Primero porque son capaces de dar vida. No hay nada que funcione bien si no hay una mujer cerca. Son muy superiores a los hombres.

Lo que hay ahora es una corriente política que no tiene nada que ver con lo que es el feminismo en su origen. No tienen nada que reivindicar estas gilipollas que crean ministerios inútiles que no sirven para nada. O aún peor,  algunas tienen la osadía de diseñar leyes sin preparación alguna. Y ya estamos viendo los resultados».

 20.- ¿En qué momento de tu vida estás? ¿Sigues teniendo metas, ilusiones…? ¿Qué te impulsa a levantarte cada mañana?

«Mi nieto es mi mayor ilusión ahora en cuanto a lo personal.

En lo profesional ya estoy retirado. Sigo escuchando música que sale ahora y recuperando la esperanza de que puede que no todo esté perdido. El reggaeton y toda esta porquería no va a poder con nosotros.

 1.- Una canción a la que vuelves una y otra vez, por el motivo que sea. Esa que podría ser tu epitafio, la banda sonora de tu vida o tu plan B.

«Yesterday. De las canciones más profundas y mágicas que hay.

Si pudiera añadir dos más te diría Luna de miel de Gloria Lasso y Ansiedad de Nat King Cole. Es que lloro cada vez que las escucho».

 

Las fotos que ilustran esta entrevista me las ha cedido generosamente Paco Martín de su álbum personal. Algunas son inéditas. O eso dice...

Yo apago la grabadora y seguimos charlando durante mucho más rato de un montón de temas. Me llamo a mí misma tonta por no haberla mantenido encendida; lo que me cuenta ahora es casi más interesante que todo lo de antes. Lección aprendida.


¡Gracias, Paco! Ha sido un auténtico placer y una clase magistral impagable.

 

 

 

 

 

domingo, 15 de enero de 2023

LA VENGANZA


LA VENGANZA



“La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno”. 
Walter Scott


Fantástica la frase de este escritor británico. Aunque más bien suena a sentencia.

Sobre el sentimiento de la venganza cada uno tiene su propia opinión. Casi todo el mundo dirá que no merece la pena. Y en cierto modo, estoy de acuerdo. Si tuviéramos que ir devolviendo con la misma moneda cada vez que alguien nos provoca sufrimiento o nos ofende, nos pasaríamos media vida invadidos de odio, rencor y sentimientos negativos. Por no mencionar la pérdida de tiempo que supone invertir en malquerencias pudiendo hacerlo en emociones que regocijen tu alma y te reconcilien con el entorno.





Pero por supuesto, una cosa es la teoría y otra muy distinta, la práctica. Aquí todos somos muy comedidos y políticamente correctos hasta que nos toca a nosotros. O nos tocan a los nuestros. O a nuestro honor, o a nuestro dinero o a nuestra dignidad. Hasta que un hijo o hija de puta se cruza en nuestro camino dispuesto a machacarnos a fuego lento porque se cree con el derecho de poder hacerlo y salir impune. Entonces damos un giro copernicano y descubrimos que ese sentimiento de venganza es puro instinto radical, visceral, profundo y endémico que habita con naturalidad en cualquiera de nosotros, y late con desesperación desde las entrañas de nuestro ser queriendo aflorar en su peor versión. Pocas veces en mi vida he sentido ese furor, esas ganas insensatas, pero irrenunciables, de que otra persona experimentara sufrimiento. Y aquí no me refiero al físico, sino al emocional que es mucho más pernicioso. Y lo digo sin remilgos. 

Muchos expertos han estudiado y analizado el comportamiento de las personas a lo largo de la historia, llegando a la conclusión de la que la venganza “tiene una función de protección dentro de una comunidad”.

Pensad, por ejemplo, en alguien que hiciera daño a vuestros hijos, que os involucre en un delito que no habéis cometido o que os haya humillado hasta perder toda vuestra autoestima. Quien diga que no tiene sed de venganza, sencillamente está mintiendo.
Yo aquí distinguiría entre desquite o desagravio, que viene a ser algo más reposado y socialmente aceptado, y la venganza pura y dura, que  no consiste en resarcir el daño que nos han hecho, sino que lo que persigue no es otra cosa más que el otro padezca en sus propias carnes el dolor que te ha ocasionado a ti. Una réplica exacta. Y si puede ser más intensa, tanto mejor.

A lo largo de nuestra vida, el impulso de revancha  (yo abogo por diseñar por una creativa, elegante, planificada) es ineluctable y yo diría que hasta necesario. Es humano y es legítimo sentir y pensar así. El daño, el dolor ocasionado de forma gratuita por gente mezquina requiere una respuesta en la misma línea. Que el otro sienta en su propia piel el padecimiento que infligió. Es cierto que con ello se persigue un objetivo más humillante que reparador, pero ¡qué placer tan increíble cuando lo consigues! Efímero, sí, pero placer al fin y al cabo. Porque eso de poner la otra mejilla me parece tan absurdo como imposible de cumplir.

No creo que el ser humano esté dispuesto ni capacitado para perdonar todo. Ni siquiera considero que sea sano hacerlo. Y con esto no hablo de acumular rencores, de fomentar enemistades o sentarse a descansar en la inquina de forma permanente, hasta verse apresado en un bucle del que ya no puedas escapar. No. Simplemente hay ocasiones en las que hay que dar salida en forma de malevolencia y que esa persona sepa que no se ha salido con la suya. Que ser malvado y retorcido tiene un precio.

Con los años he aprendido dos cosas fundamentales; una, tener paciencia. Saber que no todo llega en el momento y las circunstancias que uno desea. Que por mucho que quieras y provoques una situación, sólo pasará cuando tenga que pasar. Porque a cada cerdo le llega su San Martín, de eso no me cabe ninguna duda. La otra es que he aprendido a canalizar mi furia a través de la escritura. Escribir relaja, sana, desatasca, estimula, libera, emociona, divierte. Escribiendo puedes contar, criticar, evaluar, despellejar, maquinar, transgredir. Escribir es una magnífica y saludable terapia y si sabes hacerlo bien, la mejor venganza puede ser la literaria. O la peor, según se mire. Tan chispeante como demoledora, porque te puedes permitir cualquier licencia.

La capacidad para perdonar no nos viene de serie en los humanos. Hay que ejercitarla, pero eso sí, focalizada solo hacia aquellas personas que merecen ser perdonadas.

Es necesario saber distinguir entre perdonar y pasar página para no hacerte a ti mismo más que el daño indispensable.

El perdón no debe ser forzado ni tampoco fingido, porque entonces ni sirve ni resuelve  nada. Se convierte en un sentimiento vacuo y carente de credibilidad.

 Y tú, ¿perdonas, te vengas o escribes? Yo escribo mucho.