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lunes, 28 de diciembre de 2015

LOS MEJORES PLATOS DE CUCHARA EN MADRID


¡ EN PLATO HONDO, POR FAVOR !

No se me ocurre nada mejor para entonar el cuerpo en los días invernales que comer un plato tradicional de cuchara. Unas lentejas, una fabada, un cocido madrileño o un potaje, por mencionar solo algunos ejemplos.
Son innumerables los sitios en Madrid que preparan estas recetas con maestría, pero he tenido que decantarme por cuatro.
Dejemos que fuera la temperatura baje mientras nuestro interior se calienta con estos platos de cuchara tan apetecibles, variados y completos.


CASA HORTENSIA – CALLE FARMACIA, 2 – Segunda planta - MADRID
Reservas: 915 390 090

Ubicado en la segunda planta de un edificio de viviendas y oficinas, casi podría pasar desapercibido si no es por un tímido cartel que anuncia su existencia.
Un local tradicional en el que, sin embargo, agradeces esas mesas grandes donde caben a gusto todos los platos y separadas entre sí, para mantener conversaciones sin que el comensal de la mesa de al lado tenga la tentación de introducirse en ellas.

Te reciben con un plato de chorizo picante y un cabrales de lujo para abrir boca.

Su  fabada fue la ganadora este año en la Primera Ruta de la Fabada.

Adela Besteiro, su dueña, se ha ganado una merecida fama en la capital con muchos de sus platos, pero especialmente con la fabada. Ella en persona viaja a Asturias para seleccionar la mejor materia prima y esta selección se realiza en exclusiva para este restaurante.

Cinco horas, ingredientes de primerísima calidad y todo el cariño del mundo son los requisitos para sentarse a disfrutar de una exquisita fabada.
Los camareros te aconsejan, sin tú pedirlo,  en cuanto a las raciones porque son enormes. Y se agradece mucho este detalle.
La carta es sencilla, pero completa con carnes, pescados y postres totalmente artesanos elaborados a diario, como las natillas o el arroz con leche.

Calidad, cantidad, sencillez, atención exquisita y buen precio.
Precio medio: 30 euros


¿Y de beber?  Pues qué va a ser… Sidra y más sidra.





LA SELVA -  PLAZA DE LOS MOSTENSES, 7 – METRO PLAZA DE ESPAÑA - MADRID 
Teléfono: 915 42 55 16

Si pasas por la puerta y eres un poco “pim pim” probablemente ni repares en este restaurante familiar de toda la vida muy cerca de Plaza de Españ. Eso de que la belleza está en el interior, cobra todo el sentido en este restaurante donde por tan solo 10 euros, tienes un menú completo y con una calidad que ya quisieran muchos.

Menú variado y casero que cambia todos los días y en el que Carmelo, el cocinero, pone todo su cariño y buen hacer en unos platos soberbios.
Lentejas, alubias, cocido, potaje… pero también otros guisos menos conocidos como la garbanzada canaria (un plato compuesto por garbanzos y diferentes tipos de carne, chorizo, jamón serrano, pimentón y vino blanco).

Un lugar acogedor, limpio, tranquilo y con unos camareros atentos y simpáticos. Casi siempre está lleno y si llegas y no hay sitio, te lo preparan para llevar.

Curiosidad: Dicen los entendidos que aquí se preparan unos gin tonic espectaculares.



MALACATÍN – CALLE RUDA, 5 – METRO LA LATINA - MADRID
Teléfono: 913 65 52 41

Si es para hablar de cocido madrileño, hay muchos sitios en Madrid que destacan. Elegir uno de ellos me ha costado bastante. Pensé en La Bola o L’hardy, tal vez los más conocidos, pero al final me he decantado por este otro.
Abrió sus puertas como casa de comidas muy modesta en 1895 en la Plaza de Cascorro, al lado del Rastro y siguen preparando el cocido con la misma receta que entonces.

Con una decoración que mantiene el gusto por lo tradicional con azulejos y carteles taurinos cubriendo las paredes y unos bancos de madera, algo incómodos, pero que se perdonan en cuanto que empiezas a comer.

El cocido en tres vuelcos, como debe de ser. El primero, la sopa. Contundente, pero no grasienta y con fideos medianos.

El segundo vuelco, los garbanzos con patatas y en platillos aparte, repollo y tocino.

Y en el tercer vuelco, las carnes: chorizo, morcillo, gallina, manitas de cerdo y mocilla asturiana.
Un auténtico festín, si sales vivo.
El actor Arturo Fernández o el escritor Sánchez Dragó son habituales de la casa.

Precio del cocido: 19,50 no incluye, pan, postre ni café.

Curiosidades:
- Sus raciones tienen fama de abundantes, tanto que si un cliente consigue comérselo todo, no paga. Por lo visto, hasta el momento nadie lo ha conseguido.
- A los clientes más fieles la casa les regala un babero de tela con su nombre bordado.



miércoles, 23 de diciembre de 2015

¿ LA NAVIDAD ? ¡¡¡ PUAGGG !!!

La Navidad, ese  tortuoso período del año que yo extirparía de un zarpazo del almanaque sin remordimientos. Aborrezco profundamente todo lo que signifique el preludio de esos días plagados de interminables y letárgicas veladas familiares por compromiso, almuerzos de empresa soportando al jefe, regalos de los que no deseo ser la destinataria, mensajes hipócritas cargados de buenos augurios, brillantes escaparates con luces multicolores anunciando, cuando aún no he guardado el bañador, el gordo de la Lotería, la llegada de Papá Noel y los turrones de Jijona. ¡Por Dios! 

¿Dónde ha quedado el auténtico espíritu navideño? ¿A qué  imaginario y oscuro territorio ha ido a parar sin posibilidad de repatriación? En su lugar una fiebre consumista nos hostiga e intimida desde cualquier lugar desde el que mires, instándonos a comprar sin necesidad, a comer sin hambre, a llenarnos la cabeza de estúpidas ilusiones haciéndonos creer que alcanzaremos la felicidad plena por adquirir un coche, una joya o un vestido de firma, en vez de centrarnos en lo que realmente importa. 

Una auténtica locura a la que todos nos vemos abocados en estos días sin posibilidad de escapatoria. Si de mi dependiera, desaparecería entre el quince de diciembre y el diez de enero. Sin importarme el destino, no así la compañía. 

Extracto de mi novela ESPÉRAME EN PARÍS



domingo, 20 de diciembre de 2015

CUATRO SITIOS GOURMET EN MADRID

CHOCOLATES

CHOCOLAT FACTORY-  Zurbarán, 17  y otras seis sucursales más.

Si eres de los que no puedes resistirte ante un buen chocolate, esta es tu tienda. Pero ojo,  entrar es fácil, es como instalarte tú mismo en una caja de bombones, pero salir de allí te costará mucha fuerza de voluntad.

Porque entrar en un establecimiento de esta cadena, es  acceder a un auténtico paraíso de sabores, colores y texturas que harán las delicias de tu paladar.

Una selección exhaustiva de los mejores cacaos procedentes principalmente de países de Africa occidental, como Níger, Senegal, Sierra Leona o Guinea, entre otros.
Un maestro chocolatero belga afincado en España, abrió su fábrica en Barcelona en 1997 y desde entonces no ha dejado de cosechar éxitos y acumular premios, entre otros el Príncipe de Asturias a la Excelencia Empresarial que le fue otorgado en 2006.

Bombones, tabletas, mermeladas, caramelos, trufas, piruletas... y de todos los sabores inimaginables: naranja, coco, yogur, fresa, menta, plátano, con frutos secos, con pimentón, nueces, sésamo, pipas…. Imposible detallar aquí todo lo que puedes encontrar entre su casi 70 variedades.

Y todo ello con espectaculares formas, que todo un equipo creativo detrás decide con sus originales diseños y presentaciones para regalar,  que consiguen que el chocolate no solo sea objeto de deseo para el paladar, sino para la vista.
Creaciones puntuales para San Valentín, Navidades, Halloween o el Día de la Madre.

¿ Me acompañas, bombón ?



PAN

VIENA LA BAGUETTE -  SANTA BRÍGIDA, 6

Más de 120 años avalan a este negocio familiar que empezó llamándose Viena Recoletos, porque estaba en esa calle y que en la actualidad es todo un referente a nivel nacional.

Con un obrador propio y dos tiendas, una en el mercado de San Antón y la otra en Santa Brígida, distribuyen a toda España y a los mejores restaurantes del país.
Aquí todo es artesanal y hecho a mano con productos naturales.

En este establecimiento podrás encontrar más de medio centenar de panes, desde los tradicionales como la baguette, hogaza, chapata, candeal, pero también propuestas arriesgadas y extravagantes: pan de tinta de calamar, de boletus, de aceitunas, de espinacas y pasas, con sabor a cítricos, de mostaza, cacao o pera, entre muchos otros.

Flautines de avena, cebolla o amapola, colines de cacao  o sus panes integrales.
Aquí el pan, se convierte en un producto gourmet perfecto para acompañar cualquier comida. 

Y además no hay que olvidar que este alimento es esencial en una dieta equilibrada, que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y que nos aporta hidratos de carbono, fibra, vitamina B y minerales.


QUESOS
PONCELET – ARGENSOLA, 27

Probablemente la tienda más grande de quesos en España. Aquí se dan cita todas las variedades nacionales y también las foráneas. Quesos  belgas, suizos, italianos, británicos….

Chedar, Torta del Casar, Cabrales, Manchego,  Camembert, Gorgonzola, Roquefort, Gouda, Roncal… Y así hasta más de 300 variedades distintas.

En la tienda también encontrarás todo tipo de instrumentos para el corte, libros sobre la materia y hasta helados de queso. Un espacio en el que se ha cuidado hasta el último detalle, no solo en decoración y diseño, sino en cuanto a todos los servicios técnicos que permiten mantener cada queso a la temperatura idónea para su conservación y maduración.

Y todo ello atendido por cinco personas en la tienda y todos ellos maestros queseros, con la mejor formación y gusto por su profesión.

Esta tienda ha sido galardonada con múltiples premios. En el año 2010 el Wall Street Journal la seleccionó entre las diez mejores tiendas de quesos de toda Europa.
Si eres amante del queso, sin duda esta es tu tienda.

CAFÉ
LA MEXICANA – PRECIADOS, 24

Maestros cafeteros desde 1890, con un aroma tan característico e intenso que se llegó a investigar su autenticidad.

Actualmente poseen 17 tiendas de las cuales una de ellas ostenta el Récord Guinness a la tienda que más café ha vendido en el mundo.
Tuestan el café a mano, algo que ya apenas se hace y que es uno de los secretos para conservar ese intenso olor.

Lo muelen en el momento y además según tu tipo de cafetera.

Dentro de la tienda una inmensa variedad de cafés: los clásicos, suaves, más fuertes, descafeinados,  afrutados, procedentes de Nueva Guinea, Kenia, Colombia, Brasil, Etiopía o Java, para tomar solos o con leche.

Algunos exclusivos, como  el Nariño El Tambo, un café procedente de un diminuto municipio de los Andes situado a más de 2200 metros de altitud y del que solo se producen 250 sacos al año.

Dentro de la tienda todo tipo de complementos para los que amamos el café: filtros, cafeteras, molinillos, juegos de tazas, vasos términos o unos deliciosos bombones de café para acompañar.




domingo, 13 de diciembre de 2015

RUTA DE TIENDAS GOURMET EN MADRID

RUTA DE TIENDAS GOURMET EN MADRID


VINOS

BODEGAS LOS REYES - CALLE DE LOS REYES, 6 - MADRID

En 1997 se inaugura esta tienda concebida como un espacio de vinos y cavas españoles.

Su privilegiada ubicación en plena Plaza de España, convierte a este lugar en un referente para los amantes del vino.

Un local con más de 150 años a sus espaldas y 200 metros cuadrados divididos en dos plantas con diferentes ambientes  y más de 5.000 referencias vinícolas.

En la primera planta, que fue una antigua quesería, nos encontramos con todas las botellas y sus referencias dispuestas para que el cliente las examine a su antojo.

Pero es en la “cueva” donde el verdadero amante del vino va a disfrutar. Un lugar que derrocha magia y encanto, combinando ladrillo y madera noble, luz tenue y la humedad justa: la sala de cata. Aquí se realizan cursos, catas temáticas o de iniciación, monográficos, reuniones de empresa o celebraciones familiares.

Un lugar, en definitiva  donde dejar volar tu imaginación, eso sí, siempre al amparo de un buen vino español.

NOTA: Cuentan con una gama muy amplia de vinos de pequeña producción, por lo que os recomiendo pasar a menudo y descubrir nuevos y sorprendentes sabores.




TÉS

AMATÉ – CALLE ARGENSOLA, 6 - MADRID

Una deliciosa tienda en la que puedes encontrar más de 300 tipos distintos de té en todas sus modalidades de presentación, tanto a granel como en bolsas.

Dos hermanas fueron las fundadoras de este negocio contagiadas por su madre, una mujer muy viajera que enseguida vio que la oferta de  ciertos productos exclusivos en España era escasa.

Además en la tienda, luminosa y muy amplia, podemos encontrar todo tipo de cacharros para la ceremonia del té: tazas, platos, filtros, teteras, bandejas, servilletas de diseño….

Curiosidades:
- Se conservan en cajas metálicas según los curiosos nombres que les han adjudicado: ANIMATÉ – CUIDATÉ – MIMATÉ – RELAJATÉ.
- Son los únicos distribuidores en España de la  prestigiosa marca Harney and Sons



UN POCO DE TODO

RETORNO A ULTRAMAR – CALLE SAN MARCOS, 42 - MADRID

En el mismo corazón de Chueca, nos encontramos con esta deliciosa despensa urbana que nos hace retroceder en el tiempo y recordar las antiguas tiendas de ultramarinos donde podías encontrar de todo, pero en este caso adaptado a nuestros tiempos en un espacio moderno y diáfano y que recopila los productos de excelencia de cada región o país.

De este modo nos vamos a encontrar con quesos de todas partes del mundo, ibéricos,  exóticas especias, trufas del Piamonte, aguardientes, sales volcánicas, escabeches, patés, vinos…. Aquí cualquier sibarita, por exigente que sea, va a encontrar lo que busca.

A los propietarios de la tienda no les gusta catalogar a sus productos como gourmet, sino como artesanales con muchísima calidad, pero ¿de qué otra forma podemos denominar a ciertos productos como sal de caviar o del Himalaya, mostaza de piña o jalea de pétalos de violeta ?

Especial mención a un rinconcito en la tienda dedicado exclusivamente a los pescados japoneses que puedes comprar por piezas o en bandejas.




martes, 8 de diciembre de 2015

CUATRO SITIOS EN MADRID EN LOS QUE PODER COMER UN EXQUISITO BOCATA DE CALAMARES

LOS MEJORES BOCATAS DE CALAMARES

El tradicional bocadillo de calamares es un clásico en Madrid. Para todos los que visitan la capital supone una parada imprescindible.
Los calamares pueden hacerse enharinados o rebozados. A la romana o en tempura. Cortados en trozos pequeños, tiras o anillas. Y el pan puede ser ancho o estrecho, baguette, hogaza, chapata. Pueden ir acompañados de ali oli, limón o mayonesa, pero lo que no puede faltar nunca es una cerveza bien fresquita para acompañar.

EL BRILLANTE – GLORIETA DE EMPERADOR CARLOS V

¿Quién no se ha comido un bocata de calamares en este mítico local madrileño? Abierto desde 1952 es conocido por todos los madrileños. Muy cerca de la Estación de Atocha, lo que convierte al lugar en una parada obligada para todos los viajeros que van o vienen.

En sus ventanas reza la frase “El Brillante, famoso por sus bocadillos de calamares”. El local no es elegante. El típico bareto de toda la vida que hasta te puede resultar un pelín antiguo, algo que para otros puede resultar encantador. 
¡ Y qué decir de los camareros ! Bastante secos y casi siempre, desbordados teniendo en cuenta que sirven más de mil bocadillos diariamente.

Tienen diferentes panes que cuecen ellos mismos y distintos tipos de bocadillos. Y en cuanto a los calamares  fama de hacerlos tiernos y crujientes.
Los bocatas son enormes, así que cuidado con no pedir nada más para los que sean de poco comer.


Los precios no son baratos: Un bocata ronda los 7 euros. Pero es que la fama es lo que tiene. Aun así, merece la pena. Así que señores, pasen hasta la cocina.



CASA RUA – CALLE CIUDAD RODRIGO, 3

Atravesando el arco que lleva de La Plaza Mayor al mercado de San Miguel nos topamos con este local de dos plantas, cuyos calamares, dicen, no tiene nada que envidiar a los de El Brillante.

El pan es crujiente y lo rellenan generosamente de calamares a los que les han extraído la grasa sobrante.

Por apenas 3 euros te tomas un bocata exquisito, eso sí, de pie y pegados al resto de los comensales, porque este bar siempre está lleno y en fines de semana, es casi imposible entrar ni a codazos y debes soportar largas colas. 

Sus patatas bravas también tienen fama y todo su pescado frito, exquisito.



BAR EL RESPIRO – CALLE INFANTAS, 34

Nos alejamos un poco de la Plaza Mayor y llegamos hasta Chueca, en donde nos encontramos con este bar. Estar situado justo al lado del famoso El Tigre tiene su ventaja. Éste último siempre  está atestado de gente al gozar de mucha fama, así que la gente opta por caminar unos pocos pasos y adentrarse en este otro que además hace honor a su nombre. Mucho más tranquilo y más asequible de precio.

Aquí tenemos suerte, porque tanto el dueño como los camareros son simpáticos y atentos, un detalle a tener muy en cuenta.

Con cada ronda de bebida te plantan unas tapas de impresión: alitas, bravas, arroz, pimientos con salchichas… todo exquisito, pero yo me quedo con el bocata de calamares. 
De tamaño generoso y con un precio de unos 5 euros y la caña en torno a 1, 70 euros.


BAR LOS BOCADILLOS – CALLE MARQUÉS DE URQUIJO, 1

Otro de los clásicos en Madrid. Porque yo me pregunto quién no ha paseado por esta corta calle madrileña y no se ha parado o entrado, en este bar de toda la vida, donde, en teoría, solo dan bocadillos.

Su aspecto es el de un bar de barrio sin más pretensiones, pero este tipo de lugares suelen esconder su encanto precisamente en la manera tradicional de cocinar.
Todos los bocadillos están exquisitos, pero el de calamares se lleva la palma.  Un enorme bocata de pan ancho en el que meten hasta ocho anillas.

Los camareros, muy castizos, cuando les pides un bocata de tortilla, gritan a la cocina “ bocata de españolaaaaaa “

Dependiendo de la hora, la bebida es gratis.  Los camareros, encantadores y los precios a prueba de crisis. 

El bocata con un precio medio de 3 euros. Y  con mucha menos aglomeración de gente que en La Plaza Mayor.





miércoles, 2 de diciembre de 2015

RELATO CORTO


EL SECRETO DE GRETA


Todo se remontaba a diez años atrás. Entonces Greta llevaba poco tiempo casada. Ella y Daniel se habían conocido a través del grupo de amigos que frecuentaban. Aunque inicialmente hubo un cruce de miradas intensas que dejaron claro que  físicamente se atraían, ni tan siquiera se cayeron bien. Tuvieron que volver a coincidir muchas más veces debido a las amistades comunes que compartían. De ese modo, y poco a poco, fueron descubriendo, casi por  obligación, no solo el continente, sino el contenido. Ambos se mostraron sinceros en su manera de ser pues, inicialmente, ninguno de los dos estaba interesado en seducir al otro. Así que dejaron a un lado ese tono disfrazado con el que los humanos de todo el planeta solemos actuar cuando queremos impresionar o conquistar a alguien, tratando de disimular defectos y magnificar las supuestas virtudes. A pesar de ello, o tal vez por ello, entre los dos se fue fraguando una relación basada sobre todo en la complicidad, las afinidades y las ganas, cada vez mayores, de estar juntos.

La relación derivó por los canales naturales y habituales por los que se suele navegar cuando dos personas se conocen, se tratan y se gustan, y tras un breve noviazgo, y sin ningún obstáculo económico o familiar que lo impidiera, se casaron una soleada mañana de mayo.   Aproximadamente un año y medio después de la boda, la relación seguía siendo buena. Apenas discutían, el humor y las risas siempre  estaban presentes,  ambos gozaban de un alto nivel de vida debido a sus profesiones (ella enfermera y él piloto) y seguían saliendo con el grupo común de amigos, un vínculo que les unía aún más. Es cierto que las expectativas de Greta con respecto a las relaciones íntimas nunca se cumplieron en la medida esperada. Menos habituales y apasionadas de lo que habría deseado y de lo que cabría esperar de una pareja en los albores de su relación. Pero estaba tan enamorada y su experiencia en esos temas era tan limitada, que no le otorgó mayor importancia. Para ella lo que importaba era el cómputo general de la relación, en bloque, no por parcelas. Y el resultado le satisfacía.

Pero toda su idílica existencia hasta ese momento iba a dar un giro copernicano. Un día en el que Greta se sintió indispuesta en el trabajo, llegó antes de lo previsto a casa. Teóricamente Daniel estaba trabajando, pero como bien pudo comprobar ese día al llegar a su domicilio, no era así. La estampa que contempló al abrir la puerta del dormitorio de su casa, quedaría grababa a fuego en su memoria, en su retina y en su alma hasta la eternidad. Daniel la engañaba. Pero es que además su traición era doble. Su marido le era infiel…con otro hombre.
El mazazo fue brutal, inesperado y violento. La escena, escabrosa, inmoral, chocante. No es que Greta tuviera nada en contra de la homosexualidad, ni mucho menos. Su mente era abierta, moderna  y exenta de cualquier prejuicio estúpido y detestaba cualquier manifestación de conductas coercitivas. Pero haber vivido con un hombre que era un fraude, era algo muy distinto. La había hecho  creer que era el centro de su universo, para luego darse cuenta de que había vivido en una mentira continua. ¿Cuánto tiempo hubieran durado así si ella no lo hubiera descubierto? ¿Acaso Daniel pretendía mantener esa doble vida de forma permanente?  ¿Y sus amigos comunes? ¿Sabrían ellos algo de sus tendencias y se lo habían ocultado deliberadamente? Greta pensó que ya nada de eso importaba, puesto que además ni tan siquiera tenía una sola posibilidad de ganar. Enfrentarse a otra mujer hubiera resultado doloroso, pero al menos podría  haber desplegado toda su artillería pesada, pelear con las mismas armas, jugar en un campo conocido, pero siempre con el acicate de una posible victoria sobre el rival. ¿De qué encantos podría echar mano cuando el adversario era otro hombre? Lógicamente se batió en retirada inmediata. Abandonó el piso alquilado donde vivían y no solo solicitó el divorcio, si no también la nulidad de su matrimonio por causas más que justificadas.

Después de eso se compró un pequeño piso en el barrio de Argüelles,en el que residía en la actualidad.
Greta, cuál desertora, dejó atrás su vida pasada, y por ende, todo lo relacionado con ella, abandonando voluntariamente a toda su pandilla de amigos. Éstos nunca le confesaron nada acerca de Daniel, pero la sombra de la duda era demasiado pesada y la desconfianza siempre estaría flotando en el ambiente, cual  enemigo perverso y al acecho.  Se volcó en su trabajo y desde entonces, no había tenido ninguna otra relación, o al menos eso decía ella. Aún así, nunca perdió la sonrisa ni su buen humor.
    

domingo, 29 de noviembre de 2015

LA RUTA DEL GIN TONIC. CUATRO SITIOS IMPRESCINDIBLES EN MADRID

LA RUTA DEL GIN TONIC
CUATRO RINCONES EN MADRID DE PARADA OBLIGATORIA

Hasta hace poco tomar un gin tonic no era cool. Pues bien, esta tendencia ha cambiado tan radicalmente que ya existen rutas de locales en Madrid donde poder disfrutar de esta bebida. Locales para todos los gustos, desde tabernas, locales vanguardistas, los de toda la vida o con estilo inglés.
Muy de moda ahora los “mini gin tonics”, el hermano pequeño en vaso corto para todos aquellos a los que la copa grande se les hace un poco pesada.
Brockmans, Martin Miller's, Bulldog, Hendricks, Tanqueray, Citadelle ¿cuál es la tuya?


KIKEKELLER -  CORREDERA BAJA DE SAN PABLO, 17

Este es un local tipo loft, enclavado en un antiguo taller de costura, que esconde un secreto, de esos que a mí me encantan.  ¿Cuál? Aparentemente es una tienda de decoración, y de hecho lo es, pero en su trastienda se cuece lo mejor.  De jueves a domingo se convierte en un bar de copas “clandestino”.

Como os decía, entre semana venden muebles de diseño retrofoturista y estética imposible. Y durante el fin de semana un lugar para tomar espléndidos gin tonics, entre otras cosas y donde acude un público muy variopinto: actores, hípster, diseñadores, pijos…

También puedes elegir entre una amplia gama de cervezas de importación que tú mismo te sirves de una nevera con puerta de cristal. Y todo al ritmo de una música de fondo, especialmente pop, indie y funk, con el volumen adecuado para poder conversar.

Es un sitio caro, pero en cuanto estás dentro y ves el ambientazo, los guapísimos camareros que  te sirven la bebida en un vaso tipo florero que te da miedo hasta romper, el impresionante sofá Chester y una lámpara hecha con bolis bic, das por bueno el pagar 14 euros del ala por un gin tonic.


Abierto de 19 a 3 de la mañana.






GIN CLUB MERCADO DE LA REINA – CALLE GRAN VÍA, 12- También tiene entrada por la calle Reina, 16.

Una carta con más de 20 ginebras y su ubicación en pleno corazón de la ciudad, convierten a este local si no en el mejor, sin duda en uno de los más visitados.
Todo aquél al que le guste la ginebra, conoce este local con espejos en el techo, luces indirectas, madera y ambiente íntimo, donde se dejan caer muchos famosetes.

Hay un montón de ginebras y tónicas entre las que elegir, pero entre las más solicitadas están la Bulldog con regaliz negro, el Tanqueray Ten con rodaja de naranja o el Citadelle con hojas de hierbabuena. Aunque sin duda el más demandado con diferencia es el gin tonic de pepino que preparan especialmente bien y en vaso balón, como debe de ser.

Música de fondo: Sinatra, Dean Martin, Bing Crosby…

Como novedad han incorporado recientemente el “gin-coffe” entre las 16 y las 20 hrs. para aquellos que nunca se deciden por una u otra bebida. No es malo recordar que la ginebra posee propiedades medicinales: es relajante, favorece la digestión, combate resfriados y favorece la eliminación de toxinas gracias a las bayas de enebro.

Eso sí, siempre con moderación.





O’CLOCK – CALLE JUAN BRAVO, 25

Uno de los imprescindibles en Madrid. Con su marcado estilo British en su decoración, butacas, sofás, chimeneas y revisteros, y su música  de los 60 hasta los 80, todo te trasladará a las tradicionales coctelerías inglesas de hace 60 años.
Los camareros van vestidos con pajarita y tirantes y te sirven un vaso de agua nada más entrar.

Este es un local que posee una de las mejores ofertas de gin tonic de la capital. En su carta los tienen catalogados con el curioso nombre de GIN & TONIC I+D. Y no es para menos, pues al verla, aquello parece un auténtico laboratorio donde mezclar esta bebida tan de moda.

Una de sus últimas novedades es el baby gin tonic, una degustación de cuatro combinados que realizan los martes por 15 euros.

Curiosidades:
Tienen aparcacoches y terraza cubierta.
Y entre su decoración un reloj antiguo rescatado de la Bolsa de Londres.






LAS CUEVAS DE SANDO – PLAZA DE SANTO DOMINGO, 13

¿Qué os parece la idea de tomaros un estupendo gin tonic en una cueva del siglo XVI? Solo por el ambiente que se respira, ya merece la pena. Paredes de piedra y ladrillo y con un suelo de cristal por el que circulan cables de fibra óptica que van cambiando de colores creando un espacio elegante y sofisticado.
Situado en la Plaza de Santo Domingo, dentro del hotel Mercure, y que en su momento perteneció a la Inquisición.

Diecisiete tipos de ginebra diferentes y dentro de sus cócteles los dividen en verdes, naranjas y azules, todos elaborados de acuerdo a un color.

Precio; a partir de los 9 euros.