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lunes, 27 de junio de 2016

LAS MEJORES CAÑAS DE MADRID

RUTA DE LA CERVEZA



EL CANGREJERO

CALLE AMANIEL, 25 – MADRID

METRO SAN BERNARDO

TELÉFONO: 915 48 39 35

Esta taberna fue fundada en el año 1932. Hasta 1965 fue una marisquería en la que servían cangrejos vivos que por entonces era el único marisco vivo que llegaba a Madrid. De ahí su nombre.

Tiene fama de ser uno de los mejores sitios en la capital donde tiran la cerveza. Su dueño asegura que el secreto radica en un serpentín de 180 metros que enfría con hielo natural.




La cerveza, siempre Mahou. No en vano la antigua fábrica de Mahou se situaba antiguamente en el número 31 de la misma calle. Ángel Peinado, el dueño, tira las cañas con  la calma y la pericia de  muchos años haciendo lo mismo. En dos tiempos y que cuando te la llevas a la boca tanto la textura como la espuma son y están en su justa medida.

El local, antiguo y castizo, mantiene casi intacta su decoración años 70 con barra de aluminio, azulejos y pizarras con las ofertas del día y una colección de jarras y carteles de cerveza de todas las épocas.

El dueño cuece muy bien el marisco y pone gambas y otras cositas a modo de tapa. Además tiene un arsenal de conservas de nivel superior (mejillones, almejas, berberechos, anchoas…). Nada barato, pero ya se sabe que lo bueno, se paga.







CERVECERÍA FIDE

CALLE PONZANO, 8 

BRETÓN DE LOS HERREROS, 17 -  MADRID

TELÉFONO: 914 46 58 33


El local de la calle Ponzano fue abierto en el año 1959 originalmente como cafetería. Cuando el dueño falleció, los hijos de éste se marcaron el objetivo de convertir el local en el sitio de Madrid que mejor tiraran las cañas. Supongo que no todo el mundo coincidirá, pero lo que está claro, es que sin duda, es de los mejores según los entendidos.

Cañas muy bien tiradas y unos camareros solícitos y amables en un local que siempre está a rebosar, por algo será. Famoso por su marisco diverso y de calidad, que llega directo desde Cambados, varias veces por semana. Ostras, gambas, nécoras, cigalas, ostras, navajas, percebes…un paraíso para los amantes del marisco. Además completan su variada oferta con una extensa gama de conservas de nivel, tapas y raciones.

Sus boquerones en vinagre y sus canapés de bacalao y el de anchoas, son célebres.

Eso sí, el local no hace ninguna concesión al diseño. Por no tener, no tiene ni taburetes para sentarse. Aquí se viene a comer y beber a pie de barra y con calidad. Ojo, que se paga como todo lo bueno.

Y si no te gusta la cerveza también tienes vinos  y vermut.

Tienen otro local en Bretón de los Herreros, que aunque mantiene la línea del primero, tiene otra parroquia diferente y un trato un poco más distante.





TABERNA LA DOLORES

CALLE JESÚS, 4 – MADRID

METRO ANTÓN MARTÍN

TELÉFONO: 914 29 22 43

Emblemática y castiza taberna localizada frente a la iglesia del Cristo de Medinaceli, fundada en 1908 que nació originalmente como casa de comidas. Siempre concurrida, reconocida y muy reconocible por su inconfundible fachada de azulejos con mensajes como “cervezas frescas y tapas” que dejan clarísimo lo que vas a encontrar dentro del local. 

El público, no menos pintoresco: los de siempre, los del barrio, artistas, turistas, curiosos y noveles.

El local bonito, con mostrador de mármol, barra en forma de L, una colección de botellines de cerveza y cuadros donde la cerveza es la estrella indiscutible. Todo un homenaje a la rubia.

Otro de los sitios en Madrid que goza de fama en cuanto a cañas excepcionalmente bien tiradas. Las dobles las sirven en vaso fino y con el nombre del local grabado.

Para acompañar a sus cañas tienen fama su plato de ventresca con pimientos, su salmón con queso fresco y sus boquerones en vinagre.

Como curiosidad decir que la Cámara de Comercio de Madrid la ha catalogado como establecimiento tradicional.







BAR ALONSO

CALLE GABRIEL LOBO, 18 – MADRID

METRO CRUZ DEL RAYO ( CHAMARTÍN)

TELÉFONO: 91 561 10 32

Su lema: Una caña no es un vaso de cerveza, es un estilo de servirla.

Bar de barrio, pequeño, con encanto, y fundado hace más de 50 años. Un local muy colorido, con preciosos azulejos, muchas jarras de cerveza y fotos antiguas.
En él son famosas sus cañas, magníficamente tiradas por auténticos profesionales, y sus raciones de callos sin grasa, al punto de picante y bien cocinados, entre otras cosas.

Aunque los calamares, el marisco y la ensaladilla rusa, son de nota.
A diario tienen un menú, absolutamente casero, por el imbatible precio de 10 euros.

Curiosidades:

Hay un cartel colgado y enmarcado en la pared con diez normas sagradas para el tapeo. Muy divertidas.
Os cuento tres de ellas:
- No usar cubiertos. Se tapea con las manos.
- Las servilletas, de papel. Y se tiran al suelo como las cáscaras de las gambas.
- El horario para tapear lo impone el que tapea.

Si quieres ir al baño tendrás que pasar por debajo de la barra y atravesar la cocina. ¡Encantador!




jueves, 23 de junio de 2016

CHOQUE DE TRENES. DIARIO DE ROSA por Francisco Rullán.


Autor del texto: Francisco Rullán
Autor de la ilustración: Ramón Ferrer
Enredada entre tus caricias y tus falsas promesas de amor eterno, dejo pasar mi vida. Bueno, mejor será llamarla mi otra vida, la que me llena, no sólo de pasión y sexo, sino también de energía.

Sí, digo bien cuando hablo de energía. Porque mi vida habitual y rutinaria se está apagando por momentos. La de una Rosa cuyo noviazgo convencional es ya demasiado largo, para mi gusto. Una boda religiosa en el horizonte, yo de blanco y él de frac, que sólo de verla acercarse, me ahoga sin piedad.
Reuniones familiares y viajes a lugares en los que ya no disfruto, porque mi mente vuela con ella, con la dueña de mi otra vida. Con la diosa que revitaliza, casi a la vez, mi entrepierna y mi razón.

Yo no estoy preparada para nada de esto. Ni sabía que una mujer me haría disfrutar de tal manera, hasta que conocí a Vanesa, ni pensé que podría ser infiel a Jaime durante tanto tiempo.


A veces, cuando pienso en todo lo que me ocurre, me dan ganas de huir, de escapar, de volar... De cruzar el horizonte y alcanzar un lugar en el que la paz me cobije. Pero al poco, pienso que hasta allí, me llevaría conmigo a Vanesa, sin dudarlo. Y entonces la escribo un whatsapp y se lo cuento. En unos minutos estamos otra vez liadas. Liadas en un mar de abrazos, besos, roces y miradas que me hacen olvidar ese deseo de huida que me dominaba, apenas unas horas antes.
Vanesa me promete amor eterno al mismo tiempo que desaparece de mi vida cuando le viene en gana. Sé que no hay futuro ninguno en lo nuestro. El futuro lo representa mi boda con Jaime. Pero ¿qué futuro es ese?.
Por momentos me limito a vivir mi presente y me siento cobarde por no dejar a Jaime o por mantener a Vanesa en mi vida.

Ante mi falta de decisión y mi inseguridad, me hundo cada vez más pero no quiero que esto acabe. Tan solo dejo que mi presente siga avanzando suponiendo que en algún momento, se cruzará con mi futuro.
Quizás en ese momento la vida, por sí sola, como si de un choque de trenes se tratara, resuelva mi conflicto.






lunes, 20 de junio de 2016

LOS MEJORES ARROCES EN MADRID



ARROCERÍA DANIELA

CALLE ATOCHA, 12 – MADRID

TELÉFONO: 91 369 73 73

Visité por primera vez este restaurante hace un año aproximadamente y no se le puede poner una sola pega.

Pero empecemos por el principio. Se llama Daniela porque la única hija de Agustín, su dueño, se llama así. El día de su octavo cumpleaños se inauguró este restaurante/arrocería y Daniela se quedó boquiabierta viendo su nombre en la fachada.

Decoración sencilla, pero moderna con sillas blancas y rojas, murales en las paredes y con dos plantas.  En la de abajo, acogedora e íntima, se organizan  comidas o cenas de empresa, celebraciones, presentaciones de libros…





Treinta maneras distintas de comer arroz ya es una razón de peso para visitar este restaurante, pero añadiré algunas más. Céntrico y bien comunicado, con una atención inmejorable tanto por parte de  Agustín como de Gino, que es el dueño de los fogones y que va, mesa por mesa, preguntando a los comensales si la comida les ha gustado. El objetivo: obtener una información inmediata y de primera mano con el ánimo de satisfacer al cliente y mejorar, en caso necesario. Un detalle cercano, que se aprecia mucho y que deberían copiar en todos los restaurantes.



Con Gino, el dueño de los fogones y un tipo encantador.


Son especialistas en arroces melosos y caldosos y todo con una inmejorable calidad/precio.

Entre sus propuestas:

Arroz negro, con bacalao y ajetes, caldoso de bogavante, meloso de boletus y espárragos, de verduras o picante. No sabrás cuál elegir. Nosotros nos decantamos por el Arroz Daniela. ¡Exquisito!

Y atención porque para los golosos, sus postres no se quedan ni un paso atrás. Probamos una degustación de varios de ellos, y aunque no podíamos más, no tuvimos más remedio que terminarlos. Era un sacrilegio dejarlos allí.
Probad su tarta de queso con frutas del bosque. ¡Aluflipante!

Curiosidades:

Atención a su agenda de actividades porque este restaurante tiene muchas.  Próximamente catas de cervezas belgas y  también de vinos con maridaje de arroces.

La carta puedes consultarla en formato tablet y no en soporte de papel como las tradicionales.


Tienen servicio de entrega en domicilio.

Sin duda, un lugar que os recomiendo visitar por sus arroces riquísimos y su trato personalizado.






SAMM

CALLE CARLOS CAAMAÑO, 3

TELÉFONO: 913 45 30 74

Más de 40 años avalan a este restaurante que abrió sus puertas allá por el año 1973 en lo que antes se consideraba el extrarradio de Chamartín.

Un local que al no estar en una zona céntrica cuenta con el aliciente de ser mucho más tranquilo que otros.



Goza de mucha fama en cuanto a la calidad y forma de preparar el arroz.
Los que no debes dejar de probar:
La paella de verduras, siempre con verduras de temporada y por encargo.
La paella valenciana con pollo, conejo y hervida en agua de romero con su socarrat incluido.
La paella del senyoret ( señorito) con marisco y pescado.
La ensaladilla de la casa que te ponen como entrante, imbatible.

Disponen de una terraza donde cuando el tiempo lo permite, es muy agradable para comer y servicio de aparcacoches.





LOS ARROCES DEL SEGIS

CALLE INFANTA MERCEDES, 109 – MADRID

TELÉFONO: 915 71 56 22

Un negocio que nació hace 20 años con la idea de abrir tan sólo al mediodía y ofrecer un menú de calidad pero asequible de precio. Algo que a muchos les pareció de locos. Hoy cuenta con restaurantes en Madrid, Alicante, Murcia y Brasil.

El local es grande, sencillo en su decoración, con muebles rústicos y buena luz. Y está especializado en arroces.




El menú es cerrado. Allí vas a comer arroz en todas sus especialidades que cocinan con un arroz súper fino, con fuego fuerte y respetando la receta tradicional de la zona de Alicante.

Cuentan con algunos entrantes, casi siempre los mismos, aunque algunas veces te sorprenden con alguna novedad, pero todos muy ricos.

Todos los arroces que preparan están buenísimos, pero los más solicitados son el arroz con caracoles y el de conejo. Muy buenos el arroz a banda, el de bogavante y el negro.

El flan de postre que ponen es casero y absolutamente espectacular.

Como curiosidad hay que decir que la cocina está a la vista, aunque aislada entre cristales, donde el comensal puede ver como cocinan un montón de paellas a la vez  y en el momento.

El trato es amable, sin agobiar y el precio adecuado.

En definitiva, un local sencillo pero en el que se come muy buen arroz.




L’ALBUFERA ( Dentro del Hotel Meliá Castilla)

CALLE CAPITÁN HAYA, 43- 45 - MADRID

TELÉFONO: 915 67 50 00

Inaugurado en el año 1983, cuenta con la fama de ser uno de los mejores sitios en Madrid para degustar un exquisito arroz de la costa levantina.
El local cuenta con dos ambientes, una decoración  elegante y con detalles claramente mediterráneos y una terraza cubierta con multitud de plantas naturales maravillosa.




Más de treinta formas de cocinar el arroz convierten a este local en un referente en la capital.
Mis preferidos: el arroz con puerros y almejas, el de bogavante y sepia y la  paella valenciana con pollo y verduras.

De postre, su crema de castañas con setas caramelizadas. ¡Aluflipante! Y más de cien referencias en su carta de vinos.

El servicio muy amable y profesional. No es un lugar especialmente barato, pero si hacéis la reserva on line podéis conseguir descuentos de hasta el 50% que merecen mucho la pena.


Curiosidades:

Cuentan con menú infantil y una sala de juegos para niños los sábados, domingos y festivos.

Menú sin gluten.


Dos horas de aparcamiento gratuito. 




martes, 14 de junio de 2016

RESEÑA DE "TENGO EN MÍ TODOS LOS SUEÑOS DEL MUNDO"

TENGO EN MÍ TODOS LOS SUEÑOS DEL MUNDO
de Jorge Díaz




Es el segundo libro que reseño de Jorge Díaz y por fortuna, no será el último.

Leer “Cartas a Palacio” y enamorarme de él (literariamente hablando, que nadie se asuste) fue todo uno. Después, he tenido la inmensa suerte de poder charlar con el autor, y en las distancias largas, es divertido, cercano, amable, con un gran sentido del humor y un punto canalla que le proporciona un barniz encantador. De esos tipos interesantes con los que te sentarías a conversar delante de un gin tonic /café / vino y sabes que las horas van a parecer minutos, y además, por el mismo precio, te vas a llevar una clase magistral en el bolso. Imagino que en las distancias cortas será todo eso multiplicado por tres, pero sólo lo vislumbro, porque no tengo todavía el placer de saberlo, aunque no renuncio a ello.

Tiene muchas habilidades mi querido Jorge. La primera es que sabe elegir el título de sus novelas. En este caso ha escogido parte de un verso de Fernando Pessoa. Habrá gente que piense que es un tema baladí. No para muchas personas impulsivas, entre las que me incluyo, que se dejan arrastrar por una portada y un título sugerentes sin reparar en nada más. Así fue como descubrí su maravillosa novela  “Cartas a Palacio”.

Decir que Jorge Díaz es  un gran escritor, que lo es, no sería hacerle justicia y además, es una obviedad anodina y perezosa. Jorge es un artesano de las letras, un tejedor de sueños en forma de novelas, un perito de ilusiones y un  arquitecto de personajes que germinan en su imaginación y acaban por conquistar la tuya.
Pero por si esto fuera poco es periodista y guionista de series de televisión. Y esta última faceta, la de guionista, es la que queda muy patente en sus novelas.

Diálogos cortos, al grano, sin florituras, con mensajes precisos, sin recrearse en exceso de detalles que podrían cansar, teniendo en cuenta que hablamos de más de quinientas páginas. Dicho así, podría parecer una receta fácil de cocinar. Nada más lejos de la realidad. Como suele suceder con todo lo que aparentemente resulta sencillo, encierra muchas dificultades y requiere mucho talento. Maneja los tiempos con tanta destreza, enlazando una historia con otra (y no son pocas, precisamente) que consigue el milagro de que el lector, no solo no se pierda en el maremágnum de nombres, datos, y situaciones, sino que provoca una tensión ciertamente contradictoria: por una parte lo único que deseas es seguir leyendo a toda costa y por otra, no quieres llegar al final. ¿Quién quiere terminar con algo que le provoca placer? Una perfecta dicotomía, auténtica trampa mortal para el lector de la que únicamente puede salir ileso con la certeza de que pronto volverá a leer otra de sus obras. Pura adicción.
Jorge vuelve  a situar esta historia en ese período histórico que le fascina y que conoce tan bien, los albores del siglo XX. Y como hizo en “Cartas…” mezcla ficción con realidad. En esta ocasión ha escogido  el hundimiento de uno de los mayores buques transatlánticos españoles, el Príncipe de Asturias, que aun estando dotado de todos los adelantos técnicos para su época, no pudo evitar que 445 almas acabaran en el fondo del océano junto con la carga más preciada que llevaba: los sueños, las ilusiones y los proyectos de cada uno de ellos.

Emigrantes, soldados desertores, judíos perseguidos, mujeres vendidas con engaños cuyo fin era la prostitución, aristócratas, cupletistas… Todo un variopinto repertorio de personajes con vidas muy dispares entre ellos, pero que al final confluyen en un mismo escenario y con un mismo denominador común: la búsqueda de la tan ansiada felicidad.

Es curioso que, incluso sabiendo de antemano como va a finalizar la novela, uno no experimenta al leer sensación de angustia o de estar ante una tragedia. Y en esto también tiene que ver la pluma inteligente del escritor que narra los acontecimientos sin dosis extra de drama. Jorge nos sumerge en una odisea, preñada de desventuras, odios, amores, traiciones y misterios y rescata para el lector un pasaje de la historia que muchos desconocían o conocían sin detalles. Ya lo hizo en su anterior novela con la ignorada y, sin embargo, importantísima oficina Pro Cautivos.
Por cierto, me encantan los guiños que incluye en “Tengo en mí…” de “Cartas a Palacio”, en donde vuelven a pasearse entre sus líneas personajes como Blanca Alerces, Álvaro Giner o el Rey Alfonso XIII.

“Tengo en mí todos los sueños del mundo” es una novela muy coral, con multitud de protagonistas (porque aquí no hay secundarios) que a medida que vas avanzando en su lectura, adoptas como familiares, te encariñas con ellos o deseas fervientemente que no sea uno de los escogidos por el autor para perecer en el naufragio. Y en algún caso, venderías tu alma al diablo para hacer magia y adentrarte en la novela para matar tú mismo a alguno de ellos. También es una historia de oportunidades, de sueños hechos realidad, de amores posibles que parecían imposibles, de amistad y de lealtad. 

Jorge nos confesaba la última vez que nos visitó en Onda Madrid que cada vez que empieza a documentarse para la novela que tiene entre manos, termina por toparse con otras igual o más interesantes que la que está escribiendo. De ahí su querencia a ese período de la historia, que nace un poco por devoción y el resto por casualidad. Parece que el destino le lleva siempre hacia esa época, que terminará conociendo tan bien como si él mismo hubiera sido espectador aventajado de la misma.

Tengo varias primicias que Jorge me ha contado:

Una, que anda metido en una de esas novelas que a él le gusta escribir por placer, pero que según él no le publican. ¿De verdad puede escribir algo este hombre que no le publiquen? Me cuesta creerlo.

Dos, que después del verano se pondrá de lleno a aporrear el teclado para ir dando forma a su siguiente novela, localizada en el Norte de África. Me ha soplado hasta el título. Sí, me encanta. Es precioso y os podéis morir de envidia todos.

Y tres, que es posible una segunda parte de Cartas a Palacio.

Escriba lo que escriba, Jorge Díaz se ha convertido en un indispensable para mí, autor de cabecera por derecho propio.

O como yo digo, sus libros siempre estarán entre esos privilegiados que duermen a mi lado en la mesilla de noche y reposan sus letras al compás del latido de mi corazón.

Gracias, Jorge, por hacerme viajar una vez más, en este caso, a bordo de ese barco y seguir siendo superviviente.




domingo, 12 de junio de 2016

LO ÚLTIMO EN TERRACEO




THE MINT ROOF
Gran Vía, 10 – Madrid
Teléfono: 902 454 585

Esta es la maravillosa terraza ubicada en la azotea del Hotel Vincci The Mint abierta hace muy poquito y como su nombre  deja entrever, inspirada en el frescor y color de la menta, muy presente también en todo el hotel.
Posee todos los ingredientes que a mí me gustan para convertirse en la terraza del verano.

Lo primero que llama la atención es el camión de comida que han instalado en la azotea, traído especialmente de Francia. De lunes a miércoles el camión, abre su mostrador y nos ofrece todo tipo de gastronomía ambulante típica de cada país. Así nos vamos a encontrar con hamburguesas, tacos, rollitos vietnamitas, tablas de quesos o nachos, que conviven con ensaladas o bocadillos informales. Tranquilos, también hay espacio para el dulce, pero eso voy a dejar que lo descubráis vosotros.




En su decoración destaca la madera y todos los elementos decorativos plagados de color y refrescantes.  La posibilidad de disfrutar de las espectaculares vistas de Madrid desde las alturas, ya sería por sí mismo un reclamo para dejarte caer por aquí. Pero además tienen una agenda cargada de actividades veraniegas, que incluyen música, cócteles, la tapa del día y hasta una campana que anuncia el final de la tarde y en la que invitan a todo que esté a un delicioso chupito de menta.

Las tardes estivales en la capital, tienen vistas y sabor a menta.




Yo que vosotros, no me lo perdería.

Curiosidad: El hotel no tiene desperdicio. Un edificio histórico, construido entre 1916 y 1919, que han rehabilitado y dado una segunda vida. La recepción es una barra de bar.
¡Vais a aluflipar!




EL PARACAIDISTA (CONCEPT STORE)
Calle de la Palma, 10 – MADRID
Metro Tribunal
603 30 91 73


Inaugurado hace muy poquito en pleno barrio de Malasaña, es el último multiespacio abierto en la capital, que engloba tiendas, cine, cafetería, restaurante y terraza en un único espacio ubicado en un impresionante palacete neoclásico que te enamorará nada más entrar. Un edificio histórico que a finales del siglo XVIII fue sede de la Real Fábrica de Cera.

La planta baja acoge un café que puedes acompañar mientras lees revistas de diseño o decoración. También hay una galería.
En la planta sótano, un cine (dicen que en él se organizan ciclos de películas poco convencionales. Yo todavía no he podido comprobarlo, pero lo haré y os contaré.) Además puedes ver la peli con palomitas o un cóctel. O lo que prefieras. Como curiosidad destacar que los asientos son butacas recuperadas de un antiguo cine de época.

Entre la primera  y la segunda planta puedes comprar un poco de todo: ropa, muebles, música, libros, cosmética y hasta bicicletas. Y además incorporan una forma de pago muy novedosa. Todos los productos los ves in situ, pero…¿a quién le apetece luego ir cargado de bolsas? A nadie. A través de una app o de la propia tablet que llevan los dependientes, lo compras y en un par de días te lo envían a casa. ¡Aluflipante!

Y ahora vamos a las terrazas, porque hay dos.

La coctelería se sitúa en la tercera planta. Se llama Cubanismo y todos sus muebles son antiguos o procedentes de rastrillos. Puedes tomar un aperitivo dentro, cómodamente sentado en uno de sus sillones de cuero o en la terraza exterior que es una delicia.




Y en la última planta, su restaurante, el Parq, con mesas de madera y los tejados de Madrid como compañeros, donde poder comer algo informal, pero rico.
Hay más espacios dentro del edifcio, pero por el momento, no están funcionando. Hay que tener en cuenta que su apertura es muy reciente, pero vamos a darles tiempo y seguro que nos sorprenderán.



EL PELÍCANO
HOTEL MELIÁ CASTILLA
CALLE CAPITÁN HAYA, 43 – MADRID
METRO CUZCO
TELÉFONO: 912 031 974

Hace muy poquitos días, inauguraban El Pelícano, un restaurante dentro del Hotel Meliá y localizado en la zona norte de la capital.

Ambiente moderno y acogedor, horario ininterrumpido, comida de calidad en una carta sencilla y versátil y que apuesta por intentar satisfacer a todo tipo de público. De esta manera nos vamos a encontrar con propuestas informales y de picoteo, como hamburguesas, pizzas artesanas o ensaladas que se completan con otras más sólidas como lomo de bacalao a la vizcaína o el tartar de atún, entre otras muchas.



Cuentan con un menú al mediodía por 15 euros.

Pero su mejor secreto es la  espectacular terraza interior que posee con vistas a la piscina. Ideal para refrescarse de los calores madrileños, aislarse por un rato de la vorágine de la ciudad y tomarse una copa en buena compañía. Tienen una amplia carta de destilados entre los que poder elegir y una carta de picoteo para acompañar.

Sin duda, uno de los lugares que se va a convertir en punto de encuentro y que servirá para dinamizar la oferta de ocio de esta zona.





EL GORDO DE VELÁZQUEZ
CALLE VELÁZQUEZ, 80 – MADRID
TELÉFONO: 918 26 03 23

Este restaurante abrió sus puertas hace un año en una de las calles más bonitas y señoriales de la capital.
Un local precioso que nos llega de la mano del chef José María Ibáñez, que dio sus primeros pasos nada más y nada menos que en el restaurante Jockey.




El nombre del local está basado en uno de los personajes de la primera novela que escribió Charles Dickens, The Pickwick Papers.

Dentro, el restaurante es acogedor y elegante. Paredes de ladrillo visto, un lucernario con plantas, sillas tapizadas en terciopelo y piezas de diseño, conforman un espacio con capacidad para más de 200 comensales y dividido en tres espacios.

Posee una variada carta y entre ella podemos encontrar platos que son un homenaje a su pasado en distintos restaurantes de élite, como los canelones trufados o el pastel de berenjena.

Aunque sin duda, la terraza me sigue pareciendo su mayor atractivo. Coqueta, pequeña y absolutamente deliciosa. Llena de macetas y flores frescas que puedes comprar. Un punto novedoso que añade atractivo al local.

En ella podrás degustar una carta de pinchos y raciones hechas en el momento.