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martes, 16 de abril de 2019

TERRAZAS SECRETAS EN MADRID

CINCO  TERRAZAS SECRETAS EN MADRID


EL JARDÍN SECRETO DE SALVADOR BACHILLER

CALLE MONTERA, 37 – MADRID

METRO GRAN VÍA O SOL

TELÉFONO: 915 31 02 60




Pocos conocen este sitio, oculto en la cuarta planta de la tienda de Salvador Bachiller en la calle Montera. Aunque como sigamos hablando de él, dejará de ser un lugar tranquilo y desconocido para terminar convirtiéndose en un secreto a voces.

¿Os imagináis entrar en una tienda, subir en el ascensor y al abrirse las puertas en la cuarta planta toparse con este oasis secreto con vegetación natural? Pues esto es lo que vais a encontrar.

Rodeada de plantas muy coloridas, hortensias, enredaderas, preciosos muebles de maderas, sillas de hierro forjado y hasta un columpio, esta bellísima terraza en pleno centro de Madrid, te parecerá un jardín perdido escenario perfecto para un cuento de los hermanos Grimm.






La carta, que te entregan dentro de una pequeña jaula/caseta para pájaros, es sencilla pero correcta. Ensaladas, fideos orientales, hamburguesas, tablas de jamón y queso, tacos… Una variada oferta de tés, servidos en  maravillosas tazas  y teteras vintage, y  con nombres tan curiosos como Pasión turca, Cuerpo del Deseo o Bosque Encantado. Vinos, batidos, cócteles y cafés para los que no quieran té.

En la sección dulce, sus deliciosas tartas artesanales que no hay que perderse.
Los precios, un poco elevados. Una cerveza son 4 euros. No es para ir todos los días, pero si merece la pena llevar a alguien especial o ir de vez en cuando sólo por sus vistas y el ambiente mágico que te rodea.




Curiosidades: En la tercera planta de este mismo edificio, su salón de té. ¡Maravilloso!

Y en su tienda más antigua en la calle Alcalá, 151, su delicioso gastrobar escondido.



MANZANA MAHOU 330
PALACIO DE SANTA BÁRBARA
CALLE HORTALEZA, 87 – MADRID

Escondido en el Palacio de Santa Bárbara, se encuentra este espacio, que como luego os contaré, es mucho más que una terraza y está plagado de curiosidades.

Empecemos con el nombre. Se llama así porque este palacio durante el reinado de Carlos III, ocupaba la manzana 330 según la ordenación de zona de esa época.

Abre  solo de verano en verano. Desde aproximadamente los primeros días de junio hasta finales de septiembre. Un lugar donde se dan cita la gastronomía, el arte, la moda, la decoración y muchas más cosas. Probablemente uno de los pocos espacios en Madrid que reúna tanta oferta en un mismo lugar.

La sala principal de la primera planta, suele estar dedicada a exposiciones artísticas de pintura, muebles o elementos decorativos. La sala Manzana 541 con exposiciones Mahou dedicadas a la gastronomía popular.

En un espacio como este no podían faltar los libros. Otra de sus salas está consagrada a la lectura, con una cuidada selección de libros que podrás comprar o leer allí mismo, precisamente en la deliciosa terraza de la que os hablo en las siguientes líneas.

Situada al aire libre, con mobiliario vintage y al amparo de un enorme albaricoquero que nos protege del sol y refresca el lugar. Allí nos podremos tomar desde un mojito o un zumo natural, hasta un granizado de elaboración casera o, como no, la inevitable, refrescante y siempre bienvenida Mahou, que para eso es su espacio. Y por supuesto, una carta plagada de deliciosas propuestas como tacos, ensaladas, brochetas, gazpacho, ibéricos…





Si esto te parece poco, puedes ir a la planta baja del palacio donde te encontrarás con una cocina como la de tu casa, llena de delicatesen y con una nevera que guarda muchos misterios… Si te decidas a abrirla accederás a una zona secreta donde, a veces, se celebran cenas clandestinas.

Hay que estar muy atentos a su página web y a su perfil en Facebook porque ahí anuncian desde la fecha de apertura cada verano hasta la agenda que tiene lugar dentro del propio palacio con talleres, actuaciones musicales, cursos y un montón de  atractivas propuestas para cada momento del día.








LA TITA RIVERA
CALLE PÉREZ GALDÓS, 4 – MADRID
METRO CHUECA
TELÉFONO: 915 22 18 90

Muy cerca del mercado de Fuencarral se encuentra La Tita Rivera. Aire industrial y nórdico en su estética, local amplio y de techos altos, cocina a la vista y detalles muy cuidados, definen un local muy de moda que recuerda a una antigua fábrica de cerveza, situado entre Chueca y Malasaña.

Habitualmente siempre hay gente entrando y saliendo, pues además cuenta con una carta variada de picoteo: burritos, ensaladas, croquetas, albóndigas, queso, tacos, sin perder de vista tampoco sus platos de cuchara como cremas y lentejas estofadas.




Lo más conocido del local son sus “casis”, una especie de panecillos redondos desprovistos de la miga interior que rellenan con ingredientes variados y que están riquísimos.




Pero su principal atractivo, y que no todo el mundo conoce, es su patio/terraza escondido al fondo del local, bien decorado, con vegetación y que está abierta tanto en invierno como en verano. Con el plus añadido de que al no ser una terraza en plena calle, disminuye mucho el tráfico de gente alrededor.




Allí podrás disfrutar de sus peculiares latitas. Podrás elegir entre  tinto de verano, rebujito, sangría, sidra, blanco de verano, todos en sus versiones con o sin alcohol. Con diseño exclusivo y que ellos mismos fabrican y envasan. Y que sólo podrás degustar en su terraza secreta. Querrás probar todas, solo por llevarte la latita de recuerdo.





No dejéis de probar sus brunch, sólo disponibles sábados, domingos y festivos. ¡Deliciosos!

Un local plagado de curiosos detalles. Por ejemplo la cuenta te la traen en la tapa de una lata de sardinas. En las fotos que tomé podéis apreciar alguno de ellos.






Curiosidad: Este local nace en realidad como un showroom para dar a conocer las latitas de la Tita para más tarde, transformarse en el restaurante que es actualmente y que pertenece a Estrella Galicia. De ahí el marcado acento gallego que late en él.





EL PATIO DEL FISGÓN
CALLE DON RAMÓN DE LA CRUZ, 26 – MADRID
METRO NUÑEZ DE BALBOA
 TELÉFONO: 915 77 63 74

El lugar es extremadamente discreto por fuera, una pequeña puerta, ladrillo… tanto, que nadie adivinaría que escondido en la parte de atrás del restaurante está este delicioso patio con iluminación tenue, vegetación, mesitas francesas y farolillos marroquíes. Cierres de cristal con grandes ventanales que dan al paso de carruajes del edificio que ilumina de forma natural durante el día.



La terraza también funciona en invierno y cuenta con una acogedora chimenea.
No tienen menú del día, pero los precios son muy asequibles y apuestan por una comida sencilla pero de calidad. El trato es inmejorable y profesional, algo que para mí es sumamente importante.

Yo me quedo con los rollitos artesanos de pato y la milhojas de berenjena y queso de cabra para compartir. Como plato principal, el salmón a la diabla y de postre la tarta de queso Fisgón.



Notas curiosas: En la planta baja tienen un lugar secreto (se llama "El Clandestino") para pequeñas reuniones alejados de la curiosidad de la gente, al que hay que acceder con una contraseña cuando reservas.

Todas las fotos que adornan el local y los cuartos de baño, son fotografías familiares de los socios y sus familias.

Atención a los baños…¡Espectaculares!



Nota: En septiembre de 2015 abrieron su segundo local en la Plaza de Chamberí, 2.

EL PATIO DE DOÑA TECLA
CALLE PINTOR JUAN GRIS, 2 – MADRID
METRO CUZCO
TELÉFONO: 911 16 95 85

A dos zancadas de la Castellana, nos encontramos con este restaurante que destila elegancia, modernidad y buen rollo.

Con una estética muy cuidada, plagada de detalles que te hacen sentir bien y siempre con ganas de volver.

Una carta tradicional, de calidad y con productos frescos para comer en serio o de picoteo, pero siempre rico, rico.
Si te decantas por picar algo, os sugiero el crujiente de morcilla con pasas y piñones, la ensaladilla rusa o los huevos rotos con chanquetes.




En plan serio, no os perdáis su tartar de atún con aguacate o el solomillo de buey a la Broche. Y de postre, ya sabéis que no puedo resistirme al chocolate, así que os incito claramente a probar su mousse de tres chocolates.

Pero sin duda lo mejor de este lugar es su patio escondido. Un jardín con más de 200 metros cuadrados que llama la atención por su llamativo colorido. La madera de teca aporta calidez, las velas y los complementos, personalidad. Y todo ello en medio de una frondosidad con nísperos, bambús, olivos y palmeras que lo convierten en un verdadero oasis urbano.




Autora: Susana Cañil

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