CINCO TERRAZAS SECRETAS EN MADRID
EL JARDÍN SECRETO DE SALVADOR BACHILLER
CALLE MONTERA, 37 – MADRID
METRO GRAN VÍA O SOL
TELÉFONO: 915 31 02 60
Pocos conocen este sitio, oculto en la cuarta planta de la tienda de Salvador Bachiller en la calle Montera. Aunque como sigamos hablando de él, dejará de ser un lugar tranquilo y desconocido para terminar convirtiéndose en un secreto a voces.
¿Os imagináis entrar en una tienda, subir en el ascensor y al abrirse las puertas en la cuarta planta toparse con este oasis secreto con vegetación natural? Pues esto es lo que vais a encontrar.
Rodeada de plantas muy coloridas, hortensias, enredaderas, preciosos muebles de maderas, sillas de hierro forjado y hasta un columpio, esta bellísima terraza en pleno centro de Madrid, te parecerá un jardín perdido escenario perfecto para un cuento de los hermanos Grimm.
La carta, que te entregan dentro de una pequeña jaula/caseta para pájaros, es sencilla pero correcta. Ensaladas, fideos orientales, hamburguesas, tablas de jamón y queso, tacos… Una variada oferta de tés, servidos en maravillosas tazas y teteras vintage, y con nombres tan curiosos como Pasión turca, Cuerpo del Deseo o Bosque Encantado. Vinos, batidos, cócteles y cafés para los que no quieran té.
En la sección dulce, sus deliciosas tartas artesanales que no hay que perderse.
Los precios, un poco elevados. Una cerveza son 4 euros. No es para ir todos los días, pero si merece la pena llevar a alguien especial o ir de vez en cuando sólo por sus vistas y el ambiente mágico que te rodea.
Curiosidades: En la tercera planta de este mismo edificio, su salón de té. ¡Maravilloso!
Y en su tienda más antigua en la calle Alcalá, 151, su delicioso gastrobar escondido.
MANZANA MAHOU 330
PALACIO DE SANTA BÁRBARA
CALLE HORTALEZA, 87 – MADRID
Escondido
en el Palacio de Santa Bárbara, se encuentra este espacio, que como luego os
contaré, es mucho más que una terraza y está plagado de curiosidades.
Empecemos
con el nombre. Se llama así porque este palacio durante el reinado de Carlos
III, ocupaba la manzana 330 según la ordenación de zona de esa época.
Abre solo de verano en verano. Desde
aproximadamente los primeros días de junio hasta finales de septiembre. Un
lugar donde se dan cita la gastronomía, el arte, la moda, la decoración y
muchas más cosas. Probablemente uno de los pocos espacios en Madrid que reúna tanta oferta en un mismo lugar.
La
sala principal de la primera planta, suele estar dedicada a exposiciones
artísticas de pintura, muebles o elementos decorativos. La sala Manzana 541 con
exposiciones Mahou dedicadas a la gastronomía popular.
En
un espacio como este no podían faltar los libros. Otra de sus salas está consagrada a
la lectura, con una cuidada selección de libros que podrás comprar o leer allí
mismo, precisamente en la deliciosa terraza de la que os hablo en las siguientes líneas.
Situada
al aire libre, con mobiliario vintage y al amparo de un enorme albaricoquero
que nos protege del sol y refresca el lugar. Allí nos podremos tomar desde un
mojito o un zumo natural, hasta un granizado de elaboración casera o, como no,
la inevitable, refrescante y siempre bienvenida Mahou, que para eso es su espacio. Y por supuesto, una carta
plagada de deliciosas propuestas como tacos, ensaladas, brochetas, gazpacho,
ibéricos…
Si
esto te parece poco, puedes ir a la planta baja del palacio donde te
encontrarás con una cocina como la de tu casa, llena de delicatesen y con una nevera que guarda muchos misterios… Si te
decidas a abrirla accederás a una zona secreta donde, a veces, se celebran
cenas clandestinas.
Hay
que estar muy atentos a su página web y a su perfil en Facebook porque ahí
anuncian desde la fecha de apertura cada verano hasta la agenda que tiene
lugar dentro del propio palacio con talleres, actuaciones musicales, cursos y un montón de atractivas propuestas para cada momento del día.
LA TITA RIVERA
CALLE PÉREZ GALDÓS, 4 – MADRID
METRO CHUECA
TELÉFONO: 915 22 18 90
Muy
cerca del mercado de Fuencarral se encuentra La Tita Rivera. Aire industrial y nórdico
en su estética, local amplio y de techos altos, cocina a la vista y detalles
muy cuidados, definen un local muy de moda que recuerda a una antigua fábrica
de cerveza, situado entre Chueca y Malasaña.
Habitualmente
siempre hay gente entrando y saliendo, pues además cuenta con una carta variada
de picoteo: burritos, ensaladas, croquetas, albóndigas, queso, tacos, sin
perder de vista tampoco sus platos de cuchara como cremas y lentejas estofadas.
Lo
más conocido del local son sus “casis”, una especie de panecillos redondos
desprovistos de la miga interior que rellenan con ingredientes variados y que
están riquísimos.
Pero
su principal atractivo, y que no todo el mundo conoce, es su patio/terraza
escondido al fondo del local, bien decorado, con vegetación y que está abierta
tanto en invierno como en verano. Con el plus añadido de que al no ser una
terraza en plena calle, disminuye mucho el tráfico de gente alrededor.
Allí
podrás disfrutar de sus peculiares latitas. Podrás elegir entre tinto de verano, rebujito, sangría, sidra,
blanco de verano, todos en sus versiones con o sin alcohol. Con diseño
exclusivo y que ellos mismos fabrican y envasan. Y que sólo podrás degustar en
su terraza secreta. Querrás probar todas, solo por llevarte la latita de
recuerdo.
No
dejéis de probar sus brunch, sólo disponibles sábados, domingos y festivos.
¡Deliciosos!
Un local plagado de curiosos detalles. Por ejemplo la cuenta te la traen en la tapa de una lata de sardinas. En las fotos que tomé podéis apreciar alguno de ellos.
Un local plagado de curiosos detalles. Por ejemplo la cuenta te la traen en la tapa de una lata de sardinas. En las fotos que tomé podéis apreciar alguno de ellos.
Curiosidad:
Este local nace en realidad como un showroom para dar a conocer las latitas de
la Tita para más tarde, transformarse en el restaurante que es actualmente y que pertenece a Estrella Galicia. De ahí el
marcado acento gallego que late en él.
EL PATIO DEL FISGÓN
CALLE DON RAMÓN DE LA CRUZ, 26 – MADRID
METRO NUÑEZ DE BALBOA
TELÉFONO: 915 77 63 74
El
lugar es extremadamente discreto por fuera, una pequeña puerta, ladrillo…
tanto, que nadie adivinaría que escondido en la parte de atrás del restaurante
está este delicioso patio con iluminación tenue, vegetación, mesitas francesas
y farolillos marroquíes. Cierres de cristal con grandes ventanales que dan al
paso de carruajes del edificio que ilumina de forma natural durante el día.
La
terraza también funciona en invierno y cuenta con una acogedora chimenea.
No
tienen menú del día, pero los precios son muy asequibles y apuestan por una
comida sencilla pero de calidad. El trato es inmejorable y profesional, algo
que para mí es sumamente importante.
Yo
me quedo con los rollitos artesanos de pato y la milhojas de berenjena y queso
de cabra para compartir. Como plato principal, el salmón a la diabla y de
postre la tarta de queso Fisgón.
Notas
curiosas: En la planta baja tienen un lugar secreto (se llama "El Clandestino") para pequeñas reuniones alejados de la curiosidad de la gente,
al que hay que acceder con una contraseña cuando reservas.
Todas
las fotos que adornan el local y los cuartos de baño, son fotografías
familiares de los socios y sus familias.
Atención
a los baños…¡Espectaculares!
Nota:
En septiembre de 2015 abrieron su segundo local en la Plaza de Chamberí, 2.
EL PATIO DE DOÑA TECLA
CALLE PINTOR JUAN GRIS, 2 – MADRID
METRO CUZCO
TELÉFONO: 911 16 95 85
A
dos zancadas de la Castellana, nos encontramos con este restaurante que destila
elegancia, modernidad y buen rollo.
Con
una estética muy cuidada, plagada de detalles que te hacen sentir bien y
siempre con ganas de volver.
Una
carta tradicional, de calidad y con productos frescos para comer en serio o de
picoteo, pero siempre rico, rico.
Si
te decantas por picar algo, os sugiero el crujiente de morcilla con pasas y
piñones, la ensaladilla rusa o los huevos rotos con chanquetes.
En
plan serio, no os perdáis su tartar de atún con aguacate o el solomillo de buey
a la Broche. Y de postre, ya sabéis que no puedo resistirme al chocolate, así
que os incito claramente a probar su mousse de tres chocolates.
Pero
sin duda lo mejor de este lugar es su patio escondido. Un jardín con más de 200
metros cuadrados que llama la atención por su llamativo colorido. La madera de
teca aporta calidez, las velas y los complementos, personalidad. Y todo ello en
medio de una frondosidad con nísperos, bambús, olivos y palmeras que lo
convierten en un verdadero oasis urbano.
Autora: Susana Cañil
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