UN RECORRIDO POR LA LATINA
EL COSACO - PLAZA DE LA
PAJA, 2 - MADRID
TELÉFONO: 913 65 35 48
Fue
el primer restaurante ruso abierto en Madrid, allá por el año 1969,
invitándonos a todos a descubrir la
entonces, desconocida gastronomía rusa.
Su
ubicación, en plena Plaza de la Paja, ya es todo un privilegio. Pero dentro,
todavía más. Es como trasladarte en el tiempo a la Rusia de los zares y estar
comiendo en el salón de un antiguo palacete ruso. Chimeneas, espejos, cortinas de terciopelo,
papel adamascado en las paredes… Por no hablar de la vajilla en la que te
sirven los platos. Música rusa de fondo con el volumen adecuado para poder
charlar y ambiente íntimo que se multiplica con esa luz tenue que mantiene el
local.
La
sensación es de haber detenido el tiempo
en una época determinada que choca con la realidad cuando sales del local. Escogimos la mesa al lado del gran ventanal con vistas a la plaza. ¡Espectacular!
Hacía
tiempo que no lo visitaba, y desde entonces han incorporado novedades, como el
servicio de terraza exterior o música en directo los jueves por la noche. Toda
una delicia.
En
cuanto a la comida, nosotros nos decantamos por compartir una degustación de
entremeses calientes típicos del Volga, una degustación de blínchiquis ( tres
unidades pensadas para compartir, de salmón, de queso y de ternera) y de postre
el crep Sherezade, de plátano con frambuesa natural en salsa de vainilla.
Pero
no podéis dejar de probar su plato más conocido y que aquí preparan de forma
deliciosa, su Strogonoff, tiras de solomillo con crema y champiñón.
El
servicio es muy profesional y correcto. Te explican cada plato y están
pendientes de que no te falte de nada.
De
hecho, me sirvieron el postre con una velita encendida porque ese día era mi
cumpleaños. Fuimos los últimos en salir del local, más de la cinco de la tarde,
y nadie, en ningún momento, nos metió prisa ni nos sugirió que iban a cerrar.Detalle amable que dice mucho a su favor. En el local ya no había ningún cliente, todos los camareros habían "desaparecido", tal vez intuyendo que deseábamos cinco minutos solos en ese magnífico ambiente. El restaurante parecía desierto y desprendía pura magia.
Curiosidad:
En vez de ir al servicio a retocarme los labios, lo hice en uno de sus
fabulosos espejos encima de una chimenea. La imagen era espectacular. Sólo me
faltaba ir vestida como Lara en Doctor Zhivago y que sonara de fondo su banda
sonora. Entonces sí que ya no salgo de allí.
Un lugar para volver una y otra vez.
Un lugar para volver una y otra vez.
TABERNA LAMIAK – CALLE CAVA BAJA, 42 - MADRID
TELÉFONO: 91 365 52 12
Un
local con tanta historia en sus muros, que al entrar ya te habla por sí mismo.
Nos
sentamos en la barra. Era como la una y media de la tarde y apenas media docena
de personas dentro. Ambiente tranquilo de gente charlando. Una pareja en una
mesa haciéndose confidencias, un hombre de mediana edad en la barra, charlando
con el camarero y un antiguo cura a mi lado contándole batallitas al
parroquiano habitual que le escuchaba con paciencia.
Curro
se pidió un vino y yo un zumo de tomate que el camarero, un chico joven y muy
amable, me sirvió como debe ser: con sal, pimienta y Tabasco. No en todos los
sitios te lo sirven así y se agradece no tener que recordarlo.
Este
local fue antiguamente La Mandrágora. Un lugar emblemático en la capital, donde
tres tipos como Joaquín Sabina, Javier Krahe y Alberto Pérez grabaron el famoso
disco en directo con el mismo nombre y cientos de anécdotas que ya se han
convertido en leyenda.
Le
pedimos al camarero que nos dejara hacer fotos del escenario y amablemente
accedió. Abajo que nos fuimos de cabeza. ¡Cómo desaprovechar algo así !
Encendieron las luces para nosotros y allí estábamos de repente en un escenario
único. Después se nos unió más gente y otra persona del local nos empezó a
contar anécdotas, a enseñarnos publicaciones… Curro se puso nostálgico y aportó
sus notables conocimientos de música y de años en la radio. Si le dejo cinco minutos más, se queda a vivir allí.
Cientos
de personajes de la Movida Madrileña se dieron cita aquí y sin duda esa magia
se percibe por todo el local.
Ahora
es una especie de tasca/taberna/bar donde puedes tomarte una caña muy bien
tirada con unos pinchos de inspiración vasca de lujo, ensaladas o tablas de
quesos y patés.
De
noche, copas, mojitos, vinos…
Los
fines de semana se llena hasta la bandera y no hay quien entre, así que yo propongo acudir en horas más tranquilas para poder empaparte a gusto de la magia de la que os hablo y conversar a solas con esos muros que tienen tanto que decir.
EL VIAJERO - PLAZA DE LA
CEBADA, 11 - MADRID
TELÉFONO: 913 66 90 64
Este
restaurante abrió sus puertas en el año 1995, convirtiéndose muy rápidamente en
un local de obligada visita y punto de encuentro de gente tan bohemia como
vanguardista.
El
edificio es un antiguo palacete de tres plantas del siglo XIX, con diferentes
espacios según el momento del día.
En
la calle, una deliciosa terraza en la que disfrutar ahora que llegan los días
de sol. En la primera planta, las mañanas y las tardes están enfocadas a tartas
y cafés en los desayunos y meriendas,
cócteles a cualquier hora o al mediodía para comer, su pollo con salsa
de miel, huevos rotos con chistorra o sus famosas mini hamburguesas entre otras
delicias.
Pero
también es un espacio para reuniones informales y talleres.
Por
la noche el ambiente cambia de forma radical, convirtiéndose en un sitio único para cenar con vistas espectaculares a la iglesia de San Francisco
El Grande.
La
planta intermedia se transforma por obra y gracia del sol, en un espacio
abierto. Se cambian la posición de algunos muebles, ser abren los balcones
y…milagro! Te encuentras de repente en un lugar maravilloso, con vistas
excepcionales y con el sol acariciando tu cara. Decoración ecléctica pero
sumamente acogedora.
Aunque
sin duda alguna la joya de la corona está en su ático. Una de las terrazas de
Madrid más impresionantes. No por su altura, que las hay mucho más altas, pero
las vistas cuando la capital va anocheciendo son de cuento. Imprescindible.
Los
fines de semana lleno hasta el aburrimiento. Mejor, si es posible, ir entre
semana o en fiestas cuando Madrid queda vacío. Sin duda, ahí es cuando más lo
vais a disfrutar.
CHARLIE CHAMPAGNE – CALLE SEGOVIA, 17 - MADRID
TELÉFONO: 913 65 18 45
En
La Latina también hay refugio para los románticos con estilo y ahí es donde
entra Charlie Champagne. Si es que ya con el nombre, tienes ganas de conocerlo.
Localizado
en una de esas deliciosas cavas madrileñas de la calle Segovia, combina un
cierto toque canalla en su condición de tasca, con el encanto y la delicadeza
de un bistró. O neotaberna, como ellos se hacen llamar. La calle no es de las
más transitadas, lo que probablemente le reste clientela pero le añada
tranquilidad y para mí, eso suma muchos puntos. Y todo ello bajo la vigilante
mirada del Viaducto como testigo excepcional.
Ofrece
una cocina internacional de fusión, interesante y divertida en un ambiente
cálido de cuevas de piedra y poca luz que llena de encanto e intimidad el
local.
Tapas,
raciones, guisos o su especialidad, los arroces. Probad el de avellana y trufa.
Propuestas como el Tataki de atún, el
ceviche de pulpo, su taco de vaca vainillado con calabaza merecen la pena, y
mucho.
La
idea es que comas con champán, de ahí su nombre. Y poseen una amplia propuesta
de marcas según lo que quieras gastar.
Si
te decantas por la cerveza, también las burbujas estarán presentes. Tienen una,
la Cerveza 100% Charlie, achampañada que realizan en exclusiva para este
restaurante.
Romántico, canalla, moderno y elegante. Y todo en un mismo local que no debes dejar de visitar.