Seguidores

jueves, 18 de junio de 2015

AROMAS

Hay olores a los que siempre quisiera regresar. Que dejan una huella indeleble, a pesar del tiempo, del dolor o de los avatares de la vida.

Algunos han viajado con billete sólo de ida y jamás volverán. Otros van y vienen, según el momento y las circunstancias. Otros cambian de color, o tal vez yo los percibo de otra forma a medida que paso hojas en mi calendario. También llegan algunos olores nuevos que invaden tu vida de forma tan arrolladora que eres incapaz de oler nada más.
El olor a mis hijos recién nacidos, a la comida casera que me esperaba al llegar a casa después del colegio, al mar cuando lo vi por primera vez, el olor a los abrazos de mi madre, genuinos, perfectos, tan acogedores que te abarcaban el alma y sanaban cualquier herida, a los veranos de la infancia, a naftalina en los armarios, al primer beso, a ropa planchada y pan  recién horneado, a esa fragancia masculina que me vuelve loca y que despierta mis peores ( ¿ o mejores? ) instintos, el olor a amor compartido, ese que no se va ni con treinta duchas, el olor a él...
Todos esos aromas que desearía encerrar  en un frasco, con candado y clave secreta, y de esa manera poderme perfumar con ellos cada vez que la nostalgia, la alegría, la duda, la desilusión o el amor me asaltaran sin permiso.

Como no es posible, los evoco. Los devuelvo a mi mente cada vez que los necesito y me transportan a épocas vividas y a todas las épocas maravillosas que aún me quedan por vivir.

6 comentarios:

  1. Los aromas que te recuerdan a momentos inolvidables se quedan para siempre dentro del alma. Celia.

    ResponderEliminar
  2. Qué cierto, Celia !! Y da igual el tiempo que pase. Los recuerdas como si fuera ayer.

    ResponderEliminar
  3. Precioso... A veces evocar esos olores nos transporta al pasado y nos dibuja una sonrisa

    ResponderEliminar

Puedes dejar aquí tu comentario