Seguidores

martes, 29 de septiembre de 2015

LAS MEJORES CHOCOLATERÍAS EN MADRID

CHOCOLATERÍA SAN GINÉS – PASADIZO DE SAN GINÉS, 5


Absolutamente imprescindible comenzar la ruta del chocolate por esta emblemática cafetería.

La más castiza de Madrid y fundada en el año 1894, conserva su decoración intacta con mesas de mármol blanco y paredes revestidas de azulejos.
Un lugar muy famoso en la capital, entre otras cosas porque suele ser tradición ir a tomar chocolate con churros después de las uvas de fin de año.

Conseguir una mesa en casi misión imposible en este bullicioso local.

Dos curiosidades:
Durante el periodo de la Segunda República debido a la ubicación casi oculta de la chocolatería entre pasadizos, se rebautizó popularmente como "La Escondida".

En 2010 se inauguró la primera chocolatería San Ginés en Tokio, que ya cuenta con tres locales. China y Colombia también tienen locales de San Ginés abiertos.

Precios: Taza de chocolate: 2,50 Euros. Ración de 6 churros: 1,30 Euros.


Sin duda,  una excelente embajadora de Madrid y de España.



LAS MEJORES CHOCOLATERÍAS EN MADRID

LOS ARTESANOS 1902 – CALLE SAN MARTIN, 2

Hace más de un siglo que Don Florencio abrió este negocio y vendía con su nieto, churros y porras por las calles de Madrid con una hornilla fabricada por él mismo.

Desde entonces un amplio catálogo de chocolates y su excelente calidad son sus señas de identidad. El local cuenta con obrador propio separado con mamparas de cristal que permite ver al cliente la  cuidada elaboración.

Tres espacios bien diferenciados en el local en el que puedes paladear las distintas clases de chocolates: a la taza, con licor, negro, francés… 

En el piso superior un saloncito luminoso y confortable para esas tardes invernales que ya pronto se nos echan encima y que invitan a largas conversaciones con una taza de humeante chocolate.


Precios: Taza de chocolate con 4 churros: 3,90 Euros.


LA MEJORES CHOCOLATERÍAS EN MADRID

CHOCOLATERÍA LA MADRILEÑA -  CALLE COSTA RICA, 15


Estratégicamente situada al norte de la ciudad y alejada del resto de la competencia, este local ha buscado recrear las cafeterías de toda la vida, recuperando su esencia tanto en la decoración como en los productos que ofrecen. Y lo consiguen con mucho acierto.

Un negocio consistente y sin rival alguno en la zona,  que se ha hecho con una clientela fiel que abarrota el local a cualquier hora del día.

Además del chocolate tradicional, el jerezano con piñones y pasas o el chocolate con naranja. Y aunque este es su producto estrella, ni mucho menos es el único. Deliciosos gofres o sus crepes, dulces o salados.


Y sus porras de las mejores de Madrid. Largas, doradas, calentitas y nunca con aspecto o sabor “gomoso”.


LAS MEJORES CHOCOLATERÍAS EN MADRID

ANTIGUA CHURRRERÍA –  CALLE BRAVO MURILLO, 190

Abierta desde 1913 en el madrileño Puente de Ventas, actualmente lo regenta la cuarta generación de churreros de la misma familia.

Cada mañana preparan la masa de forma artesanal, utilizando productos de primera calidad. Además de las porras tradicionales, también las elaboran rellenas de crema o dulce de leche. Y aparte de los tradicionales churros, preparan otros recubiertos de chocolate. Deliciosos, crujientes y de poca miga.

Y en cuanto al chocolate, preparan 17 tipos diferentes: negro con avellanas, de vainilla, frutas del bosque, dulce de leche y hasta para diabéticos.

Hay otros cinco locales en Madrid. Elige el tuyo, pero no dejes de entrar y dejarte atrapar por el olor incomparable de una taza de buen chocolate.


Precios aprox: Taza de chocolate: 2,10 Euros. Ración de  4 churros: 1,20 Euros.



viernes, 25 de septiembre de 2015

REGLAS BÁSICAS PARA VESTIR DE ROJO Y NO RESULTAR VULGAR.

EL COLOR ROJO


Hasta hace tres años yo no tenía una sola prenda roja en el armario. Lo confieso. Yo veía a mi amiga Virginia, que casi siempre viste de rojo, y me encantaba. Ella, tan alta, morena,  con ese pelo corto a lo “garçon” que sólo alguien con mucho estilo puede defender y ese aire afrancesado que se gasta…¡Es que a ella todo le queda bien!  Pero yo no me veía con ese tono.

Hasta que un día mi amiga me regaló algo rojo por mi cumpleaños y me animó a que probara. Y me gustó. Esas mismas navidades me compré un vestido rojo sangre, el mismo que ilustra esta entrada y que se convirtió, sin quererlo ni esperarlo, en mi prenda de la suerte y en mi vestido fetiche.






A partir de ahí comencé a experimentar con ese tono, pero con calma y sin abusar de él. Y volví a elegirlo para la presentación de mi libro, animada de nuevo por mi sirena.





El rojo es un color de por sí muy llamativo. Es decir, si te decantas por él vas a llamar la atención allí donde vayas.  Y la frontera entre resultar elegante o chabacana es muy frágil si no sabemos mezclar y defender esta tonalidad con soltura. Reconozco que es la prueba de fuego de cualquier mujer. Hay que tener mucho porte y poderío y en especial, mucha confianza en una misma.

Existen reglas muy básicas, de sentido común, para vestir de escarlata.

1.- Elige líneas depuradas y minimalistas y tejidos de cierta calidad, que tengan cuerpo y caída. Lana fría, tafetán, seda salvaje, piqué, terciopelo….dependiendo de la ocasión. Si es un vestido, por ejemplo, que sea liso, sin adornos, sin flores, sin brillos. Huye del punto, el tejido vaquero y  el stretch de algodón.

2.- Nada de escotes pronunciados ni minifaldas. Tampoco ir embutida como una salchicha por muy buen cuerpo que tengas. Directamente pasarías a la tribu de las “chonis” sin clemencia.

3.- Ninguna joya o las mínimas. Eso de volcar el joyero encima de tu cuerpo y parecer un árbol de Navidad, no. Cómo máximo unos pendientes y un reloj y todo muy discreto y de pequeño tamaño. Olvídate de pulseras (mucho menos eso de llevar cuatro o cinco en una muñeca. Simplemente, espantoso).

4.- Ojo con los complementos.  El rojo armoniza bien con negro o con “nude”. Y punto.  Y si es para algún acontecimiento especial, con plata. Todas las demás combinaciones arruinarán sin remedio el efecto final.

5.-  Uñas impecables tan sólo con brillo y maquillaje discreto. Aunque estas dos últimas cuestiones son una regla básica, vistas de rojo o de cualquier otro color.

6.- Si quieres vestir de rojo, pero no te atreves de golpe, comienza por incorporar pequeños guiños en forma de accesorios: un pañuelo, un cinturón, un bolso o unos zapatos. Y si el efecto te convence, puedes dar un paso más. Mejor con una parte de abajo. Una falda  o un pantalón combinados con prendas sencillas y de colores neutros para no recargar.


Y recuerda, la regla básica para vestir bien es MENOS ES MÁS. Nunca añadir, siempre quitar. Que ya lo decía la gran Coco.






martes, 22 de septiembre de 2015

INTUICIONES


Leo un artículo en la prensa  en el que entrevistan a una experta en grafología.
No cuestiono sus conocimientos ni su preparación, que quedan perfectamente evidenciados en el reportaje. Lleva 14 años en una empresa, en la que ella es la máxima responsable a la hora de reclutar personal. Es decir, o pasas por su particular criterio a la hora de seleccionar gente, o no tienes la más mínima oportunidad. Me llama poderosamente la atención cuando dice que todo el mundo debe superar su “examen grafológico”, entendiendo como todo el mundo a todos aquellos que postulen a un puesto en su empresa.  Según ella, simplemente con eso, puede saber quién es un cleptómano, el que apunta hacia un problema de autoridad o si eres rencoroso, por poner algunos ejemplos. Le gusta seleccionar gente que denote “fuerza de voluntad” y rechaza de plano a aquellos que, según su letra, muestren algún rastro de maldad.

Termino de leer la entrevista y miles de preguntas se agolpan en mi mente. Tantas, que unas atropellan a otras.
Es decir, que da igual la trayectoria profesional que poseas, tus talentos, tantos los que están a la vista como los ocultos, tus capacidades, tus logros, tu forma de ser con lo bueno y lo menos bueno. Defectos que pueden convertirse en perfectos aliados o supuestas virtudes que a la larga sólo suponen un lastre. 

Nada de eso importa si ese día escribes la T con un palo más largo, la M en dos trazos o si la S lleva un pico al final. Todo dependerá de lo que esa señora decida que tu letra revela ese día. Como si fuera un método infalible, una ecuación matemática perfecta sin fallo posible. Una verdad absoluta e incontestable sin posible margen de error.

Me pregunto cuántas meteduras de pata habrá tenido y no confiesa en la entrevista. Sería bueno saberlo. Y no sólo ella. A la vista están, a diario, personas que han pasado por minuciosos exámenes y pruebas psicológicas y que luego han resultado un fiasco absoluto, cuando no, incluso un peligro real.

Me preocupan sobremanera los métodos de selección de personal actuales. Hace años yo misma fui rechazada en una conocidísima  empresa por algo parecido. Después de pasar con nota las mil y una pruebas a las que te sometían, el responsable de personal me dijo: “Me veo en la obligación de rechazarla para el puesto al que optaba porque el test psicológico ha arrojado un dato de su personalidad que no nos gusta. Tiene usted demasiada iniciativa. Pero podría encontrar otro sitio donde encajara” En ese momento me levanté y le dije: “No se preocupe. Ahora es a mí a quien no le interesa trabajar en una empresa donde tener impulso, decisión y nervio, constituyen un punto negativo”. Me levanté  dejando al individuo con la palabra en la boca y me quedé más a gusto que nada.

Me pregunto donde ha quedado la intuición para este tipo de cosas.  Dejar a un lado todo lo racional y dar paso a lo irracional, a las corazonadas, al olfato y a dejarse llevar.
Las mejores decisiones de mi vida siempre han estado marcadas por esa pizca de locura, de sutil intuición, de piel, de sí pero no. De menos evidencias y más sentimientos.

Y nunca me ha ido mal.

lunes, 21 de septiembre de 2015

LOS MEJORES ZUMOS NATURALES Y BATIDOS DE MADRID

EUCALIPTO – CALLE ARGUMOSA, 2 – MADRID

Situado en pleno barrio de Lavapiés, en su local, pequeño pero muy acogedor, con decoración de saloncito de casa habanera, podrás encontrar batidos, zumos naturales preparados en el momento y cócteles entre los que destaca su mojito, del que dicen que es el mejor de todo Madrid.

Todos ellos preparados con  azúcar de caña procedente de cultivo ecológico

La carta es extensa y hay mucho donde escoger. Todas las frutas frescas y compradas en mismo día. Coco, lima, frambuesa, papaya, maracuyá, fresa…
Puedes ver en la barra como preparan los cócteles o los batidos mientras llega tu turno.


En verano ponen terraza a lo largo de toda la calle y todo ello mezclando el ambiente multirracial de Lavapiés con este local regentado por cubanos.


LOS MEJORES ZUMOS NATURALES Y BATIDOS DE MADRID

COCONUT BAR  - CALLE SAN ROQUE, 14 - MADRID

He incluido este sitio por su espectacular decoración. Su dueña es de la pandi de Mario y Alaska a los que te puedes encontrar allí con frecuencia.
Un bar de tarde (abre a partir de las 18,00 hrs hasta bien entrada la madrugada) para gente jaranera, nocturna y golosa.

Música de los 50 y 60, ambiente retro, luces de neón, decoración hawaiana con palmeras y mimbre y sillas “Emmanuelle” y dos plantas con distintos ambientes.
En realidad la oferta de batidos no es mucha, pero los que tienen son deliciosos.

Os recomiendo el Batido Cinco Dólares o el Especial Coconut.
Aunque en su carta podemos encontrar deliciosos cócteles con alcohol, por supuesto.


Nota: no hay que dejar de probar sus deliciosas tortitas con nata o su tarta de zanahoria. ¡Buenísimas!


LOS MEJORES ZUMOS NATURALES Y BATIDOS DE MADRID

VACACIONES COCKTAIL BAR – CALLE ESPÍRITU SANTO, 15

Si quieres un lugar para prolongar el verano, este es el ideal. Ambiente playero todo el año, sin salir de Madrid.

La decoración del local es un sueño. Suelos hidráulicos, madera, sillas de colores, sofás con cojines, plantas y enormes ventanales abiertos a la calle.

Propuestas con nombres como el Caribeño o el Exótico. O el antioxidante compuesto por manzana, pera, naranja, zanahoria y apio.
Precio: 4,50 Euros.

Pero no sólo de frutas vive el hombre. Para el que quiera añadir un toque canalla, están los cócteles tropicales con vodka, ginebra o ron.

Ejemplos: ATREVIDO: Ron, fresa, frambuesa y mora.
                     ROMÁNTICO: Vodka, mango y frambuesas.

Precio: 7 Euros.


Como nota curiosa, sabed que todos los muebles del local los hacen ellos.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

HOY ES UN DÍA ESPECIAL


Cuando era pequeña existía la costumbre, que muchos recordaréis, de tener unos pocos vestidos destinados solamente a los domingos o a ocasiones señaladas. Los niños crecíamos a un ritmo vertiginoso y apenas nos daba para dos puestas. Y en el caso de los adultos, me vienen a la memoria trajes maravillosos de mi madre, confeccionados a medida por su modista personal, que acumulaban polvo y estaciones en los armarios, a la espera de  que llegara el domingo o esos días "especiales" para lucirlos en su majestuosa belleza, que en el caso de mi madre, era inconmensurable.

Hace tres años,  tras una desgracia personal, entendí cuán efímera es nuestra existencia, pero sobre todo, como puede dar la vuelta en tan solo un instante. No somos conscientes de que estamos de paso por esta calle llamada vida, y durante un tiempo tremendamente limitado en el mejor de los casos, siempre que Don Destino no decida abordarte en mitad del paseo para invitarte a cruzar al otro lado de la vía.

Fue entonces cuando algo en mi cerebro mutó. Los cables se desconectaron o, tal vez, se conectaron por fin, ¡quién sabe!
El caso es que mis coordenadas vitales se vieron alteradas.
Ahora mis días especiales son todos y cada uno de ellos, según me levanto por la mañana.

No digo que no a ningún plan que me apetezca por muy cansada que esté. He triplicado el número de veces que digo “te quiero” a la gente que me importa. No basta con que ellos lo sepan, hay que verbalizarlo, porque tal vez mañana sea muy tarde. No guardo ropa o joyas sólo para utilizarlas en días clave. Me las pongo cada vez que quiero. 

Mi mente y mi cuerpo están alerta, receptivos y dispuestos para que me sucedan cosas, buenas y malas. He perdido el miedo a los errores y no malgasto mi tiempo con la gente equivocada. Me bebo la vida a granel y por descontado, ya no hago planes más allá de veinticuatro horas. Hoy es un día extraordinario, por la única razón de que estoy viva.


Si hoy brilla el sol, lo quiero entero para mí. Y mañana….ya lidiaré con la tormenta. Pero eso, será mañana.


lunes, 14 de septiembre de 2015

LOS MEJORES RESTAURANTES VEGETARIANOS EN MADRID

ARTEMISA – VENTURA DE LA VEGA, 4 – CALLE TRES CRUCES, 4 - MADRID

Abierto desde 1990 es otro de los imprescindibles en Madrid para los amantes de la comida vegetariana.

La decoración de este tipo de restaurantes es muy similar. En este caso madera, flores y ladrillo visto. Agradable, cálido y natural, muy en consonancia con la filosofía de lo que ofrecen.

Recetas como el pastel Farah Diba, (delicias de setas rellenas con paté a las finas hierbas) o su ya famosa crema de ortigas (que además es apta para personas con intolerancia a la lactosa) son alguna de sus deliciosas propuestas que podrás degustar en sus dos restaurantes. También tienen algún plato para veganos.

Ojo con sus raciones que son enormes.

Además ofrecen cursos de cocina vegetariana.


Menú del día por 11, 90 Euros.


LOS MEJORES RESTAURANTES VEGETARIANOS EN MADRID


CRUCINA – DIVINO PASTOR, 30 - MADRID



Este innovador restaurante se caracteriza por lo que se denomina “cocina sin fogones”. Es decir, todo lo que se come allí está cocinado sin calor por encima de los 40 grados, lo que consigue que se conserven intactos todos los nutrientes de los alimentos. Prácticamente como si los comieras crudos.

Una española y un griego son los dueños de este restaurante, que cocinan todo en el momento, lo que tiene su parte buena y mala. La buena es todo está recién hecho y la parte mala reside en que la espera entre plato y plato es larga y que el importe de la cuenta se eleva un poco.
Pero merece mucho la pena.

Platos como la mousaka, nachos con guacamole, ensalada de algas o su tiramisú son realmente exquisitos y te sorprenderán por la potencia de su sabor.

Además si tienes cualquier tipo de alergia, ellos te modifican el plato con otros ingredientes en el momento.

Curiosidad: los dueños son encantadores y si les pides que te enseñen la cocina, lo hacen de mil amores.




LOS MEJORES RESTAURANTES VEGETARIANOS EN MADRID

AL NATURAL – CALLE ZORRILA, 11 – MADRID

Este restaurante abrió sus puertas en el año 1994 y es uno de los más visitados, por su calidad y por su localización. Situado a tiro de piedra de la milla del oro del arte en la capital.

Dispone de sus propias huertas y ofrece al visitante una carta variada, con productos de origen biológico y totalmente exentos de pesticidas.
Destacar su exquisita y original decoración. Con aire rústico, madera, vidrieras de colores y motivos florales. Del las vigas de madera del techo cuelgan enormes fruteros y al caer la noche, velas en las mesas y música suave que permite conversar sin gritos.

En su carta incluyen cervezas, vinos e infusiones biológicos.

El San Jacobo de setas, simplemente espectacular. Y la hamburguesa que sabe a carne, sin llevar carne, ni os cuento.


Tiene un menú diario por 12 euros.


LOS MEJORES RESTAURANTES VEGETARIANOS EN MADRID

LA BIOTIKA  - CALLE AMOR DE DIOS, 3 - MADRID


Este restaurante en la capital, pionero en lo que a alimentación sana se refiere, cuenta ya con treinta años a sus espaldas. Todo un referente si hablamos de alimentación vegetariana.

Comida macrobiótica y vegetariana. Todos sus platos elaborados con aceite de soja e ingredientes integrales y biológicos.

El restaurante posee una tienda en la que puedes adquirir productos integrales y dietéticos con los que poder elaborar tus propias recetas, si así lo deseas, o bien llevarte productos precocinados. También alberga exposiciones temporales y ofrecen cursos de cocina y de meditación.

También tienen comida para personas con intolerancias alimenticias y menú diario.

El local no es muy grande y de decoración rústica, pero se respira mucha tranquilidad y armonía ya desde que traspasas la puerta de entrada.


Precio medio: 17 euros.



martes, 8 de septiembre de 2015

MIS DEMONIOS Y YO


Todos tenemos nuestros demonios. Y el que diga lo contrario, miente.
Los míos son viejos conocidos. Los tuteo, los recibo en casa, charlamos, algunos se quedan una temporada, algunos mueren de aburrimiento y entonces vienen otros nuevos a darme el tostón. 
Con alguno he llegado a un acuerdo: yo te ignoro y tú no me molestas.
Con otros mantengo un despiadado litigio, de duración indeterminada y ganador incierto.

A unos pocos he tenido que exterminarlos sin compasión, o la difunta hubiera resultado ser  yo.

He aprendido a torearlos y a tolerarlos. Siempre manteniendo la distancia precisa para que no escapen de mi campo de visión.

Ayer vinieron todos en masa. Visita de cortesía, dijeron.  He hablado con ellos, igual que cuando conversas con el perverso enemigo, al que odias con todo tu ser, pero a la vez respetas e incluso, en algún momento, temes. Marcando mi territorio con el aroma de la arrogancia y el valor, pero haciéndoles un floreado rendibú como corresponde a cualquier anfitrión. 

Anoche durmieron debajo de la cama. De vez en cuando me agachaba y les preguntaba si se encontraban cómodos. Parece ser que sí. Me han dicho que no se quedarán mucho esta vez. Tienen otras almas que visitar. Perfecto. A enemigo que huye, puente de plata.

La relación con los demonios interiores debe ser así. Si tratara de aniquilarlos, perdería toda mi esencia, mi chispa, todo aquello que me hace diferente, briosa y atrayente. Me convertiría en un ser anodino e invisible. Pero sobre todo, me convertiría en una mujer incapaz de inventar armas para gestionar los momentos espinosos con los que la vida te pone a prueba casi a diario.

Mis demonios consiguen que todo lo bueno que hay en mí, brille con mucha más intensidad.

Así que, como dicen, si no vas a amar mis demonios, por favor, no trates de sacarme del infierno.


lunes, 7 de septiembre de 2015

RESTAURANTES INSÓLITOS

LA CÚPULA – Calle Santiago, 18 – Alcalá de Henares.
MADRID


Simplemente por el enclave en el que se encuentra, ya merece la pena una visita.

Como ya su nombre desvela, está emplazado en el interior de la cúpula de lo que fue una iglesia, el antiguo convento de los Capuchinos, cuya construcción data de 1618.  Imponente el espacio. También la decoración y la acústica.
Carta de comida tradicional, pero no por ello menos exquisita: espárragos trigueros asados con sal gorda, croquetas, solomillo de cerdo, arroz caldoso con bogavante o el clásico cordero asado.

El precio no es barato, aunque tampoco excesivamente caro. Pero una velada bajo esos techos y en ese entorno….en fin, como dijo Enrique IV de Francia, París bien vale una misa.


Sugerencia: Pasar todo el día descubriendo la historia, los monumentos y las anécdotas de  esta maravillosa ciudad que todos los madrileños tenemos a tiro de piedra.



RESTAURANTES INSÓLITOS

SOY KITCHEN – PLAZA DE LOS MOSTENSES, 4 – MADRID


Su aspecto exterior es el de un bareto feo y cutre como tantos otros en el centro de Madrid. Por dentro, la cosa no mejora en absoluto. Máquinas tragaperras y  una pizarra te indica que venden bocatas de calamares a 3,50 Euros o lo que toque ese día. Vamos, toda una promesa.

En su zona  vista ofrecen muy buenas tapas a un precio asequible, pero en la parte de arriba se esconde el verdadero secreto del local. Una zona clandestina a la que solo se accede con reserva previa que suele oscilar en una semana de espera, como mínimo. Un saloncito un poco más mono que la parte de abajo con solo cuatro o cinco mesas.

Su propietario, un chino de nombre impronunciable que se hace llamar Julio (menos mal) va a la compra él personalmente cada día en el mercado tradicional e inventa platos con los que sorprender al cliente cada semana.

No hay menús, no hay carta, no hay precios, no hay nada. Julio te ve, te pregunta por tus gustos y si tienes alguna alergia y empieza a sacar platos hasta que tú dices basta o hasta que revientas como el lagarto Jaén.

La comida es exquisita, pero eso sí, para ir tienes que tener alma de Indiana Jones porque aquello es una aventura.
El precio medio ronda los 25 euros. Pero ojo, solo es aproximado. Irás cuatro veces y las cuatro pagarás precios distintos. 





RESTAURANTES INSÓLITOS

EL VAGÓN DE BENI – Calle San Macario, 5 – HOYO DE MANZANARES MADRID

Un antiguo vagón del año 1931 comprado en los desguaces de Renfe y transformado por su dueño en un original y elegante restaurante.

Este vagón, que hacia el servicio de Correos se convierte en una romántica propuesta hostelera en la que con un mínimo de imaginación, creerás viajar en el legendario Orient Express.
El exterior del restaurante está ambientado como si fuera un apeadero con un reloj de agujas antiguo, de esos que ya solo puedes encontrar en estaciones muy antiguas.

En 2006 el dueño adquirió otro vagón de menores dimensiones (se dice, se rumorea…. que en él viajó Alfonso XII) y lo habilitó como comedor privado al que solo se accede con cita previa.






En su carta, con platos que varían cada temporada,  podemos encontrar vieiras salteadas, hígado de pato asado, cocochas de bacalao o atún con boletus.

Hay que reservar con mucha antelación, ya que el espacio es limitado y son muchas las peticiones.  Una peculiar forma de sorprender a tu pareja en días señalados. Triunfarás con total seguridad.


Nota: para los días invernales disponen de una salita de estar con chimenea para las sobremesas, de la que no querrás salir.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

REBELDE SIN PAUSA

En mi entrada de hoy os voy a contar una anécdota personal que ilustra la foto que acompaño al texto. Mi amigo del alma, Miguel Ángel Sánchez, me acompañaba ese día y puede dar fe de que lo que cuento es real.

Octubre del año pasado. Ciudad: Barcelona. Liber, feria de las editoriales.
Para todo aquel que lo desconozca, allí solo acceden las editoriales. Los autores no podemos entrar, teóricamente, claro.

A mi amigo si le invitan y yo me cuelo en la fiesta, igual que en la canción de Mecano. ¡¡Qué sabe nadie si soy editora, autora o domadora de fieras!!! Lo importante de todo esto es que ya me estoy saltando las normas. Y disfruto con ello. Y mi amigo, ni os cuento.
Llevo unas diez carpetas, perfectamente encuadernadas y que me han costado un pastón. Pero yo soy así, si hago algo, lo hago bien. Las carpetas son voluminosas. Contienen las primeras páginas de mi nueva novela (debidamente registrada), mi Cv, fotos de la autora realizadas en estudio y una recopilación de todas mis apariciones en prensa y radio, además de las reseñas de Espérame en París más relevantes. Todo ello, por supuesto, en color. Nada de “cutreces” en blanco y negro.


Mi amigo y yo llevamos una selección hecha de las editoriales que nos interesan y que voy entregando en cada caseta. Esto no es llegar y besar el santo. Hay que saber a quién entregas ese material, para posteriormente contactar con él/ella, y en ocasiones, la persona adecuada está reunida o no está. Resumiendo, dos días sin parar.

Hay una editorial, y no voy a decir su nombre, a la que ya entregué el año anterior Espérame en París, y de la cual no obtuve ni siquiera un mensaje escrito, ni para bien ni para mal. Si me parece importante que un correo o un mensaje sean contestados, os podéis hacer una idea de lo que me puede parecer que dejes en manos de un desconocido un material tan delicado y que no tengan ni la decencia ni la educación de contestar. Por no hablar de profesionalidad, que esa brillaba por su ausencia.

Como soy persona de dar segundas oportunidades, vuelvo a insistir al año siguiente con esa misma editorial, con cierto resquemor por mi parte, pero animada por mi amigo, cuyos consejos suelo seguir, más que nada porque él es más pragmático que yo y menos temperamental.

Tras dos días persiguiendo al tipo que tenía que atenderme (y os puedo asegurar que no iba a marcharme de Barcelona sin conseguir una cita con él), al fin nos recibe con cara de perro (no sé qué me infunde más pavor, si la gente que sonríe siempre o la que no lo hace nunca).Le cuento la razón de mi visita y su respuesta es que yo como autora no tendría que estar allí, que estoy utilizando conductos inapropiados y que me estoy saltando las normas. ¡¡¡Juas!!! Me da la risa, claro.


¡Por supuesto que me estoy saltando las reglas! - le digo. Siempre que lo considero oportuno,  lo hago.

Se enfada, primero porque soy mujer y le estoy contestando, y luego me quiere dar una lección de comportamiento, como el papá que regaña a su hija y le reprocha una conducta supuestamente inadecuada. Mi amigo Miguel Ángel, me mira con preocupación. Por mi expresión sabe que en cualquier momento se va a desencadenar la Tercera Guerra Mundial. Y llegados a este punto, estoy dispuesta a ello. No tengo nada que perder.

El sujeto (no tiene otro nombre y además es casposo y da grima) insiste en que no va a quedarse con el manuscrito. Y yo le desafío a él a y a su escasa paciencia indicándole que no me levanto de allí hasta que se lo guarde en su maletín y se lo entregue a Fulanita de Tal. En este punto cambia la expresión. ¿Cómo conozco yo ese nombre?, me pregunta el mamarracho. Pues lo conozco porque, como no podía ser de otra manera, me he vuelto a saltar las normas para obtener esa información.

Al final, y demostrando la inteligencia justa para pasar el día, el tipejo accede a regañadientes a quedárselo.
Nos damos la mano cordialmente, como si no hubiera pasado nada y cuando me marcho le digo: " Si no te saltas las normas, nunca llegas a nada". Y salgo de su diminuto territorio, mientras, de espaldas, le digo adiós con la mano.

Nos marchamos de allí, mi amigo y yo, muy dignos, sabiendo que jamás me contestarán, como de hecho así ha sido. Pero también con la certidumbre de que yo no querría publicar con esa editorial ni loca. Si ese  es el tipo de gente y de comportamiento que ofrecen de cara al público, no quiero ni imaginar cómo será en privado.


Por eso siempre persigo lo que me interesa, pregunto cuando no sé (el NO lo tengo de antemano) y procuro saltarme las normas y buscar caminos alternativos siempre  que puedo. Los demás, que hagan lo que quieran.