Ideas que se instalan en tu cerebro sin
pedir permiso. Ideas que son como "okupas", que acampan cuando menos
lo imaginas y que, poco a poco, sin darte cuenta, se van haciendo fuertes.
Imposibles de arrancar ni con una lobotomía.
Ideas alocadas y absurdas al principio, que van tomando forma a medida que pasan los días. Ideas como pequeñas serpientes, que van regando tu cerebro de un delicioso veneno y despertándolo de su eterno letargo.
Ideas que desordenan mi perfecto orden establecido. Y que te hacen replantearte si todo lo que dabas por bueno, conveniente y adecuado, tal vez solo era un dejarte llevar por la comodidad.
Ideas alocadas y absurdas al principio, que van tomando forma a medida que pasan los días. Ideas como pequeñas serpientes, que van regando tu cerebro de un delicioso veneno y despertándolo de su eterno letargo.
Ideas que desordenan mi perfecto orden establecido. Y que te hacen replantearte si todo lo que dabas por bueno, conveniente y adecuado, tal vez solo era un dejarte llevar por la comodidad.
No, no renuncio a algunas cosas. Y menos ahora. La rebeldía es mi seña de identidad. Hay cosas que quiero. Tal vez no pueda tenerlas ya. Pero la tendré.
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