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domingo, 7 de febrero de 2016

RESEÑA DEL LIBRO CONTIGO ME QUEDARÍA

RESEÑA DE CONTIGO ME QUEDARÍA


Conocer a  Mercedes Alonso, la autora de este libro, es tener la certeza de que no puedes hablar de libro sin hablar de ella, ni escribir sobre ella sin mencionar la novela.

Ambas van zurcidas la una a la otra, en una suerte de ensamblaje perfecto donde, aunque cada una defiende sus peculiaridades,  se complementan a la perfección. Como dos piezas de un puzzle. Independientes por separado pero que en realidad donde radica la  única razón de ser, es estando es juntas.

Supe de Mercedes a través de las redes sociales. Y descubrí que escribía novela romántica. No voy a negar mi rechazo a este género, pues todo el mundo que conoce un poco mi trayectoria, sabe cuál es mi opinión. Pero algo de ella llamó mi atención. Se distinguía del resto. Me gustaban sus comentarios y su línea de actuación. No sé cómo aterrizó en  mi cuenta de Facebook. Ni lo recuerdo ni me interesa. ¡Pero fue un acierto!
Descubrí a una mujer coherente, inteligente, que escribía bien, irónica y comprometida hasta la médula con una causa tan emotiva como apasionante:  el abandono y maltrato  de los animales. Y cuando digo comprometida, lo hago con conocimiento de causa. Mercedes colabora de forma activa y desinteresada con más de veinte asociaciones. Antes incluso de leer el libro, hablé con ella para invitarla a la radio y servir de altavoz para dar a conocer un tema tan dramático como real. Tan tremendo como conmovedor. Todos tenemos conciencia de que existen personas capaces de abandonar a su suerte a muchos animales e incluso ocasionarlos daños físicos. Los más afectados, perros y gatos. Pero leer su libro y conversar con ella, fue poner nombres, datos y cifras que resultan escalofriantes. No voy a entrar en calificativos sobre  las ¿personas? que son capaces de hacer algo así. Alimañas es lo más suave que me viene a la cabeza. Alguien a quien no le tiembla el pulso cuando abandona a un perro en un arcén o encuentra placer en atormentarlo, es capaz de hacerlo también con otra persona. Y eso no solo los convierte en perversos y enfermos, sino también en peligrosos.

Contigo me quedaría es una novela en la que la historia de amor de Ruth, la protagonista, es casi anecdótica. Un eslabón para articular una bella, palpitante y desgarradora historia real. Porque todo lo que ocurre en ella sucede a diario.
Una novela para concienciar, para pensar, para denunciar y en especial, para admirar a todo un ejército de voluntarios que, dejando  a un lado sus ocupaciones y obligaciones diarias, exprime un tiempo del que no dispone para ayudar a estos “invisibles”, como la autora los llama.

Todo esto y mucho más, es lo que vais a encontrar en este libro que hilvana de manera inteligente dos historias de amor: la de la protagonista, inmersa en la duda de tomar la decisión de elegir si se queda con Javier o con Joaquín, dos hombres sumamente antagónicos entre sí y la propia historia de amor que Ruth mantiene con su profesión de veterinaria.

Decir que en el libro distingo muchos rastros de la naturaleza de Mercedes y que su estela flota por todas partes, creo que sería una obviedad. Es evidente que así es y refleja en el libro su forma de ser, sus gustos musicales, sus filias y sus fobias. Supongo que todos los escritores dejamos indicios, unos más y otros menos, de nuestra idiosincrasia. Es difícil no sucumbir a ello y además es un pequeño tributo a nuestro ego.

Un libro contado de una forma sencilla para llegar a todos los públicos, pero bien narrado. Donde expone una realidad sin ornamentos, pero sin caer en lo descarnado, que hubiera sido lo fácil. Y donde también hay que resaltar el inmenso poder de la amistad en nuestra vida o como llegar a “odiar” a la familia cuando traspasan fronteras que no deben. Ni debemos permitir, ojo.

Si tengo que poner alguna pega, diría que me hubiera gustado que los personajes masculinos estuvieran más elaborados. Ambos se quedan escasos, a mi juicio. Y no permiten posicionarse ni a favor de uno ni del otro.
El final, previsible. Pero ni mucho menos lo digo como algo peyorativo. Todo lo contrario. Me gustan los finales, felices o no, que nos podríamos encontrar en una historia real. Me gustan los tópicos porque es lo típico de la vida. Es decir, lo normal, lo común, lo que le ocurre a tu vecina del tercero, a un compañero de trabajo o a tu hermana. Me gustan las historias creíbles. Pero eso, por supuesto, es una apreciación personal en base a un gusto subjetivo que en nada debe influir en el futuro lector.

Mercedes Alonso me ha reconciliado, en parte, con el género de la romántica. Conocerla personalmente fue corroborar que  es una mujer con las ideas claras, madura, que sabe lo que es ganarse las lentejas a diario, que está muy lejos de ser una escritora obvia y empalagosa y que tras su aspecto de dura y un poco inaccesible, se esconde una mujer de un estilo con el que yo me identifico y admiro. Sincera, sin aditivos ni colorantes. Ni falta que le hace para ganarse mi respeto.

Es el primer libro que leo de ella, pero sin duda, no será el último. Sus historias van a tener siempre un trasfondo social, de denuncia sobre determinados aspectos de la vida o del comportamiento humano, como ya ha demostrado anteriormente. Y eso es lo que la diferencia en gran medida de otras autoras del género.

Disfrutad de su lectura. Merece la pena.





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