RESEÑA DE LA OBRA “SÓLO
PARA ADULTOS”
Sábado
28 de enero, diez de la noche. La sala de los Teatros Luchana donde hoy tres
amigas y yo asistimos para ver la obra “Sólo para adultos” está completa. En el
cartel de la publicidad el
mago/actor/conferenciante y muchas cosas más, el asturiano Karim, aparece
escaso de ropa y con cara de pillo. No he querido leer críticas ni reseñas.
Nunca lo hago para no acudir intoxicada de opiniones ajenas con las que podría
coincidir o no. Prefiero dejarme sorprender.
El
público es de lo más variopinto; parejas de todas las edades, grupos de chicos,
pandillas de amigas. El escenario, prácticamente desnudo y carente de cualquier
adorno que nos pueda desviar la atención de otra cosa que no sea la actuación
de Karim durante una hora y cuarto aproximadamente.
La
obra, difícilmente clasificable si excluimos que es un monólogo, mezcla con
acierto humor, sexo, magia y hasta un corto espectáculo de sombras chinescas al
final, que el propio actor realiza con sus manos, realmente bonito.
Si
ya de por sí me parece admirable que un actor se enfrente solo al público en un
escenario durante 75 minutos sin más apoyo que su valentía, su memoria y sus
ganas de agradar y entretener, que además consiga hacerte reír a carcajadas durante
todo ese tiempo, se me antoja milagroso. En estos tiempos que nos toca vivir,
donde todo lo negativo y triste parece que nos acompaña a diario impregnándonos
de desgana, Karim y su obra son pura terapia positiva. Durante hora y cuarto te vas a olvidar de todo.
Hay humor y te vas a reír hasta con el de color negro, magia con cartas
voladoras, un monólogo desternillante en el que hay cabida para casi todo,
chistes de taxistas, de curas y de enanos y el relato de su propia boda, que
como bien dice el actor “en vez de enseñar el vídeo, prefiero contarla”.
Pero
todo dentro de un delicioso y elegante equilibrio en el que, además, busca en
todo momento la participación y complicidad del público. Todo se puede contar
con humor y respeto y eso es lo que sucede en este maravilloso espectáculo en
el que nada molesta, nada ruboriza y todo divierte.
Karim
posee una larga trayectoria como monologuista, además de tener en su haber
varios prestigiosos premios de magia e ilusionismo. Se mueve en el escenario
con la soltura de quien lleva mucho tiempo en su oficio, improvisando en algún
momento y siempre midiendo la temperatura del público cuando cuenta algo más
subido de tono o cuando se mete, siempre con gracia, con algún colectivo. Pero
también con la profesionalidad y el entusiasmo de alguien que ama su trabajo. A
mí me parece que hacer reír es de las cosas más difíciles que hay y él lo
consigue con creces.
Tanto
a mis amigas como a mí, la obra se nos hizo corta. Sales de ella envuelta en
una burbuja en la que aún resuenan las carcajadas del público y las tuyas
propias.
Y
cuando bajas las escaleras, ahí te encuentras a Karim al final del ellas,
esperando paciente y amable, para saludar a su público y fotografiarse con él.
Recomendable
al 100%.
La
podéis ver en los Teatros Luchana ( Calle Luchana, 38). Consultad la
programación en su página web.
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