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lunes, 3 de octubre de 2016

RESTAURANTES “ TRIPLE A” ACOGEDORES, ASEQUIBLES Y APETITOSOS

RESTAURANTES “ TRIPLE A”
ACOGEDORES, ASEQUIBLES Y APETITOSOS



RESTAURANTE JUANITA CRUZ

PASEO DE LA HABANA, 105

MADRID

METRO: COLOMBIA / PÍO XII

TELÉFONO: 91 451 17 76

Ambiente canalla, copas bien servidas, sillones Chester, música en directo, luz tenue y mezcla muy divertida de comida en su carta. La ubicación os encantará: en un sótano que se ha recuperado de la antigua estación de metro de Chamartín.




Su nombre rinde homenaje a una de las mujeres consideradas como pioneras del toreo femenino español.

En su carta conviven propuestas tan distintas como la empanada gallega, las mini hamburguesas de rabo de toro, nigiris de pez mantequilla y trufa o distintos tipos de tacos. Entre sus postres, la tarta “Feliz cumpleaños” con galleta María, chocolate y Lacasitos o el “Drácula”, granizado de Coca-Cola, puré de fresas y “peta-zetas”. ¡ Tan apetecible!


Los fines de semana se transforma en discoteca para los más fiesteros, desde la 1 hasta las 5 de la madrugada.

Estanterías con libros, un piano de cola, carteles vintage y ese ambiente semi clandestino que lo convierten en un lugar que hay que visitar.


Abierto de martes a sábado de 8 de la tarde a 5 de la mañana.




CLARITA

CORREDERA BAJA DE SAN PABLO, 19

MADRID

METRO: GRAN VÍA / CALLAO

TELÉFONO: 915 22 80 70

Malasaña es un barrio que sorprende por sus miles de rincones aun por descubrir.

El restaurante Clarita es un claro ejemplo de local  acogedor, con camareros amables y propuestas gastronómicas deliciosas a un precio razonable. Se nota que todo lo preparan con cariño y utilizan materias primas de primera calidad.





Entre sus propuestas me quedo con arroz negro con crujiente de calamares, tartar de salmón con mango y la brocheta de rape y langostinos.

Nunca una comida es completa y redonda si no finaliza con un buen postre y en este apartado, también lo bordan. Forofa como soy de las torrijas no me puedo resistir a la que preparan caramelizada con helado de dulce de leche.

El local es amplio, luminoso, con el blanco como color predominante, decorado con plantas y madera y tremendamente acogedor.

Menú diario por 11 euros y variedad de gin tonic que preparan con nota.

Curiosidad: Si te apuntas a su club puedes obtener descuentos, apuntarte a catas, entrar en sorteos y muchas sorpresas más.




BLANCA 6

CALLE BLANCA DE NAVARRA, 6

MADRID

METRO: ALONSO MARTÍNEZ

TELÉFONO: 913 10 32 66


Atención estupenda, servicio rápido, carta corta pero de exquisita calidad y un local con decoración rústica y acogedora que te encantará.

Un espacio dividido en dos plantas, con ladrillo visto, madera y flores, vigas y una música de fondo que se nota, eligen con esmero.





Su carta, escrita a mano (¡me encanta!), inclasificable y deliciosa. Productos de temporada,  buenísima materia prima y dedicación a la hora de cocinar. Gozan de fama sus hamburguesas (doy fe), el entrecot y el pollo al curry, pero a mí su tartar de salmón y el wok de pollo y verduras, me chiflan.

Los postres, igual que el resto de cocina. Caseros y ricos. Su tarta de queso es la estrella de la carta. Con base de galleta y frutos rojos, simplemente de escándalo.

El local es pequeño, por lo que conviene reservar.  Es íntimo y deliciosamente tranquilo, por lo que se convierte en el sitio perfecto para sorprender a tu pareja o cuando quieras una charla con amigas con confidencias y a buen precio.



MR. FRANK

CALLE JOVELLANOS, 6

MADRID

METRO: SEVILLA / SOL

TELÉFONO: 914 20 45 54


El nombre viene de su dueño, Paco, que tras muchos años en distintos países de Europa y más tarde en EE.UU se decidió a abrir local propio en su país y más concretamente, en Madrid. Allí le llamaban Don Paco y al regresar a España decidió mantenerlo pero con un aire más internacional.


Abierto en el año 2013, al principio era casi imposible encontrar mesa del éxito tan arrollador que obtuvo. Ahora, más tranquilo, puedes reservar casi sin problema y el propio Paco te contará anécdotas si se lo pides.

Calidad de primer nivel en sus platos pero “low cost” en sus precios.
Posee dos plantas. La de abajo una antigua bodega del siglo XIX, con techo abovedado y presidida por una mesa de madera rescatada de la antigua maternidad de O’Donnell , destinada a grupos, picoteo o copas después de cenar.




La de arriba, luminosa de día y por la noche, algo más íntima. Su decoración, tipo industrial, sencilla pero cuidadísima. Con sillas provenientes de colegios o teatros.

Una carta discreta en cuanto a oferta, pero con platos muy bien elaborados. Salmorejo de cereza con pistachos, cerdo al pimentón o boletus con queso Idiazabal. Me quedo con el pulpo a la brasa con puré de patata  y el solomillo al whisky. Y de postre, tarta de manzana con helado de vainilla. ¡Aluflipante!

Para ir con amigos, familia o tu pareja. De esos sitios que siempre que me preguntan, yo recomiendo.








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