sábado, 22 de agosto de 2015

RESEÑA DE CARTAS A PALACIO

Sufrí un flechazo desde el primer instante, me robó horas de sueño, se alojó en mi pensamiento y al final, he caído rendidamente enamorada ante él sin posibilidad de escapatoria.  Puede parecer que hablo de un hombre, pero no, hablo de un libro.
Esta madrugada, con una romántica  tormenta de agua, truenos y relámpagos colándose por la ventana de mi habitación, por fin lo he terminado. Le he dicho adiós con la misma melancolía y resignación con las que se despide a ese amante que tantas satisfacciones te dio y que sabes que no volverá.

Para mí, un libro debe cumplir una de estas dos funciones: entretener o enseñar.

De vez en cuando tienes la suerte de toparte  con algunos que cumplen sobradamente ambos requisitos, como es el caso del que os voy a hablar, y la sensación que te embarga es de tal gozo, que parece que en vez de un libro hubieras hallado un tesoro.



Con Jorge Díaz el día que nos visitó por primera vez en ONDA MADRID.


CARTAS A PALACIO de Jorge Díaz está ambientada durante el período de la Primera Guerra Mundial, con un protagonista, el Rey Alfonso XIII, que puso en marcha la oficina Pro-cautivos, un innovador proyecto humanitario cuyo fin era obtener información, en muchos casos removiendo cielo y tierra, sobre la situación en la que se encontraban militares o civiles en zonas de guerra y de este modo poder transmitir los resultados a todos los familiares, desesperados por saber si estaban vivos, muertos, presos o desaparecidos.
El organismo fue fundado por el monarca y costeado íntegramente a través de su patrimonio personal  y se convirtió para él en una causa propia desde el principio.

Los resultados, tan espectaculares como desconocidos para la gran mayoría: soldados repatriados, heridos devueltos a sus países, miles de visitas de inspección a campos de prisioneros, penas capitales conmutadas….
El autor  fusiona ficción y realidad de forma magistral. Ritmo trepidante en una novela elegante y muy coral, en la que todos los personajes son principales. Personalmente me quedo con el de Blanca, una mujer valiente, decidida, luchadora y reivindicativa, con ideas revolucionarias para la época y que no se resigna al papel insustancial y secundario de esposa y madre al que se veían abocadas las mujeres por entonces.

El libro, plagado de fechas, datos, personajes y anécdotas, me ha llevado a consultar una y otra vez Internet al objeto de saciar mi curiosidad. Por ejemplo, descubrir que el barrio de Las Injurias en Madrid, existió. Localizado en lo que ahora sería Pirámides, era un suburbio fragoso, colmado de penuria y desigualdad,  y en el que, como su áspero nombre ya deja entrever, confluía esa otra parte de la población que sobrevivía en condiciones extremas.

Los ingredientes para capturarte no pueden ser más atractivos: espías de todos los bandos, tramas políticas, desengaños, muertes, historias de amor desgarradoras o prohibidas, venganzas, lujo y miseria entremezclados con maestría y todo ello con La Gran Guerra como telón de fondo. No hubiera querido que el libro acabara nunca.

Difícil decidir cuál será mi próxima lectura, cuando una novela te ha llevado al éxtasis literario.

Gracias, Jorge. Volveré a leerte.


2 comentarios:

  1. Atrayente reseña. La época de la acción me resulta fascinante. El argumento, interesante. Y el hecho de que Susana lo recomiende con esa pasión, determinante. Lo leeré. TSS

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  2. Leído ya "Cartas a Palacio". Absorbente novela. Historias entrelazadas, muy bien construidas, que se van haciendo converger con maestría. Interés creciente de la trama. Empatía con los personajes. Por ponerle alguna pega, una óptica un tanto maniquea, pero lo cierto es que el autor tiene todo el derecho a enfocarlo cómo quiera.

    Por otro lado, ayuda a divulgar un episodio histórico (la existencia y actividad de la oficina pro-cautivos durante la Primera Guerra Mundial) que es muy interesante que se conozca.

    Y luego, el interés de los dualismos amorosos. Los corazones divididos parecen ser un buen estímulo para redoblar el atractivo de los argumentos. Ya en "Espérame en París" se utilizaba la intriga por ver cómo evolucionaba un "corazón partido". Y aquí se repite la expectación.

    Gracias por la recomendación, Susana.
    TSS

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