Sufrí un flechazo desde el primer
instante, me robó horas de sueño, se alojó en mi pensamiento y al final, he
caído rendidamente enamorada ante él sin posibilidad de escapatoria. Puede parecer que hablo de un hombre, pero
no, hablo de un libro.
Esta madrugada, con una romántica
tormenta de agua, truenos y relámpagos
colándose por la ventana de mi habitación, por fin lo he terminado. Le he dicho
adiós con la misma melancolía y resignación con las que se despide a ese amante que tantas satisfacciones
te dio y que sabes que no volverá.
Para mí, un libro debe cumplir una
de estas dos funciones: entretener o enseñar.
De vez en cuando tienes la suerte
de toparte con algunos que cumplen
sobradamente ambos requisitos, como es el caso del que os voy a hablar, y la
sensación que te embarga es de tal gozo, que parece que en vez de un libro
hubieras hallado un tesoro.
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Con Jorge Díaz el día que nos visitó por primera vez en ONDA MADRID. |
CARTAS A PALACIO de Jorge Díaz está ambientada durante el período de la
Primera Guerra Mundial, con un protagonista, el Rey Alfonso XIII, que puso en
marcha la oficina Pro-cautivos, un innovador proyecto humanitario cuyo fin era obtener
información, en muchos casos removiendo cielo y tierra, sobre la situación en
la que se encontraban militares o civiles en zonas de guerra y de este modo
poder transmitir los resultados a todos los familiares, desesperados por saber
si estaban vivos, muertos, presos o desaparecidos.
El organismo fue fundado por el
monarca y costeado íntegramente a través de su patrimonio personal y se convirtió para él en una causa propia desde el principio.
Los resultados, tan
espectaculares como desconocidos para la gran mayoría: soldados repatriados,
heridos devueltos a sus países, miles de visitas de inspección a campos de
prisioneros, penas capitales conmutadas….
El autor fusiona ficción y realidad de forma magistral.
Ritmo trepidante en una novela elegante
y muy coral, en la que todos los personajes son principales. Personalmente me
quedo con el de Blanca, una mujer valiente, decidida, luchadora y
reivindicativa, con ideas revolucionarias para la época y que no se resigna al
papel insustancial y secundario de esposa y madre al que se veían abocadas las mujeres por entonces.
El libro, plagado de fechas,
datos, personajes y anécdotas, me ha llevado a consultar una y otra vez Internet
al objeto de saciar mi curiosidad. Por ejemplo,
descubrir que el barrio de Las Injurias en Madrid, existió. Localizado en lo
que ahora sería Pirámides, era un suburbio fragoso, colmado de penuria y
desigualdad, y en el que, como su áspero nombre
ya deja entrever, confluía esa otra parte de la población que sobrevivía en condiciones
extremas.
Los ingredientes para capturarte
no pueden ser más atractivos: espías de todos los bandos, tramas políticas,
desengaños, muertes, historias de amor desgarradoras o prohibidas, venganzas, lujo
y miseria entremezclados con maestría y todo ello con La Gran Guerra como telón
de fondo. No hubiera querido que el libro acabara nunca.
Difícil decidir cuál será mi próxima
lectura, cuando una novela te ha llevado al éxtasis literario.
Gracias, Jorge. Volveré a leerte.